Llorar de risa

Reír es el gran rescate y la sociedad de la risa es la única en la quieres estar al terminar la jornada

'20 días en Mariúpol': Retrato sin filtros del infierno de la guerra

Se nos va la vida deseando otra, quizás por eso cogemos con tanta fuerza todo lo que pasa en la pantalla. Las vidas de los que vemos son nuestras vidas de prestado, o de repuesto, que dice siempre Garci, pero puestos a vivir vidas ajenas, ¿ ... por qué elegir las malas y no las buenas?

Que sí, que hay documentales, como '20 días en Mariúpol', muy necesarios. ¿Pero quién puede conciliar el sueño después de ver, o sufrir, con las imágenes de bebés bombardeados en Ucrania? Pasa lo mismo con 'La sociedad de la nieve', una película emocionante, bien hecha, brutal. Pero también devastadora; te machaca. Y encima se estrena en invierno. ¿Cómo vamos a ir a esquiar, con lo que les pasó a esos chicos en los Andes?

Por pedir, queremos llantos solo si son sin lágrimas, como en 'La isla de las tentaciones'; los gritos, que sean todos como los de Bryan Cranston cuando le depilan en 'Malcolm'. Que te miren siempre con la atención con la que Dwight vigila a Jim, y que hasta las penas se digan cantando, como Mitchell y Cameron. Para terminar el día, nada mejor que comedias ligeras y evasión rápida. Más dientes, dientes y menos morros, morros. Hay que hacer apología de la sonrisa, aunque sea boba; pensar poco o si acaso menos, y dejarle a otros más preparados la tarea imposible de salvar el mundo, o simularlo. ¿De verdad era la diputada de CC quien pidió perdón a los discapacitados por el retraso o Michael Scott, el protagonista de 'The Office', reencarnado? Si te tomas las cosas a pecho, estás acabado.

Por intensos que nos pongamos, somos bastante básicos. Disfrutamos cuando la gente se tropieza, cuando mete la pata. De los bretes ajenos y los enredos clásicos; de todo lo que pasa mientras unos caen y nosotros reímos; de lo que les duele un poco o de mentira, de lo que no se contagia... si no es carcajada. De ver 'Modern Family' con la conciencia tranquila y la cabeza alta.

Las plataformas han dado una nueva vida a las viejas comedias. Consumir horror y tragedia un rato está bien para presumir luego tomando un café con el dedo inclinado, pero cuando te quedan pocos minutos del día, tras salir del trabajo, acostar a los niños y poner cinco lavadoras, lo último que quieres es ver a unos señores comiéndose las pantorrillas los unos a los otros. Reír es el gran rescate y la sociedad de la risa es la única en la quieres estar a esas horas.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios