Una lección de 2012

El jueves, otra al exalcalde de Cazalla, hermano del expresidente Rodríguez de la Borbolla. El sumidero de los ERE, de nuevo. Año y medio y orden de devolver 8,4 millones. Al compañero Antonio R. Vega, sepultado entre legajos en PDF mientras mira con el rabillo del ojo la campaña, aún le queda tiempo para divertirnos al día siguiente con el cabreo de Villén, el de la Faffe: denuncia que escudriñar los extractos de las tarjetas de crédito con las que pagaba sus putas tristes es una 'violación' de su intimidad. Se siente sucio.

Es necesario recordar, en estos tiempos veloces. Los hechos y situaciones se solapan unos a otros cada vez más rápidamente; nos devoran. Nuestro cerebro, machacado a base de golpes de mensaje corto, sin contexto ni memoria, es la auténtica carne picada con la que las cadenas de comida basura ganan millones.

Por eso, recurramos a la hemeroteca. «El cambio en Andalucía es necesario para que se respete el dinero del contribuyente». Mariano Rajoy, enero de 2012. Vísperas de aquella campaña en la que solo se habló de corrupción. La que conducía a unas elecciones que Javier Arenas tenía ganadas de calle, a lomos de los ERE y de los escobazos que en los días señalaítos pegaba la juez Alaya, subida al pescante de un tren de la bruja que daba vueltas y vueltas sobre lo mismo. ¿Se acuerdan? Hace mucho, pero no tanto. Hoy en campaña ya no se habla de corruptelas. Vemos esas condenas como algo muy pasado, que ya no ocurre. Como en aquel entonces, dicen las encuestas, está en el ambiente, que el PP tiene el 19-J ganado de calle. La Historia, dicen por ahí, no se repite, pero rima. Qué cosa más buena aprender de los errores.