Andalucía, de cine
Hacerse mayores
«Los andaluces, ya sí, han tenido la oportunidad de comprobar que con una persona moderada al frente, los populares son capaces de gestionar más que razonablemente bien»
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Iniciar sesiónLa noche de marzo del año 2000 en la que el Partido Popular de José María Aznar consiguió su histórica mayoría absoluta, con 183 diputados, escuché afirmar a un perro viejo de la redacción que la Transición, ahora ya sí, se había terminado. Luego vendrían ... las bombas y Zapatero a jorobarlo. Somos españoles y no podía ser tan sencillo. Del momento actual mejor ni hablar. Pero, expresado de manera más o menos rimbombante, lo cierto es que aquel resultado significaba que España por fin normalizaba a la derecha. El dóberman al que mi abuela le gritaba cuando salía en televisión («me queréis quitar las pensiones») no sólo no desayunaba niños, sino que era capaz de gobernar con tino, moderación y acuerdos por aquí y por allá. Y de ahí las urnas.
El importante desplazamiento a la derecha de la preferencia ideológica de los andaluces que pronostican los sondeos (¡hasta 15 puntos el CIS de Tezanos!) hace pensar que a esta tierra, también al fin, puede haberle llegado el momento de hacerse mayor del todo.
Como en el año 2000 (en el que podía acabarse el mundo, ¿se acuerdan?), el PP parece encontrarse en el camino de conseguir una gran victoria electoral después de una legislatura en el Gobierno. Demostrando, también como entonces, que su mando no equivale al desmantelamiento de los servicios públicos. Al contrario: que educación y sanidad presenten ahora plantillas bastante más holgadas que cuando gobernaban los socialistas es para que a más de uno se le caiga la cara de vergüenza.
Los andaluces, ya sí, han tenido la oportunidad de comprobar que con una persona moderada al frente, los populares son capaces de gestionar más que razonablemente bien. De llegar a pactos y apagar incendios que algunos nunca creyeron que pudiera sofocar este partido. Todo eso, de momento, lo están reconociendo en las encuestas. Quedan sólo dos semanas para ver si también lo hacen las urnas. Y sobre todo, hasta qué punto. Si premiando básicamente a la formación que ha gobernado o inclinando aún más la balanza a la derecha. Porque otra de las cuestiones que las encuestas dejan bien patente es que el recurso del miedo a Vox no funciona. Qué dirá de todo esto aquel perro viejo.
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