todo irá bien
Cuento de Navidad
En su biografía oficial sólo salen casos de corrupción e insultos
Dos bocadillos de jamón
El gran proyecto del mal
Antes de salir tomábamos un zumo de pera muy frío de uno de aquellos productores alemanes de principios de los 80 que fabricaban cualquier cosa alegre y curiosa por tal de no parecer nazis. Hay una historia de Europa que puede contarse a través del arrepentimiento y la expiación ... , y no es una mala historia.
Llegábamos a El Corte Inglés cuando cerraba y en la planta de juguetes Javier sacaba una lista de varios folios y eran los huérfanos de Cataluña que residían en orfelinatos de monjas y que habían escrito su carta a los Reyes. Javier elegía uno a uno los regalos y los daba a envolver con el nombre correspondiente. Trescientas nombres, trescientos regalos, trescientas veces el hombre más poderoso y con más líquido de España inclinado ante un niño desvalido. Con él aprendí que la generosidad es la élite de Dios y que tener sólo sirve para dar. La emoción adrenalínica de dar. Salíamos de El Corte Inglés pasada la medianoche y sintiéndonos inmortales.
Pronto por la mañana, el 6 de enero Javier mandaba una red de autocares por toda Cataluña para recoger a los huerfanitos y llevarlos al parque de atracciones del Tibidabo, que era nuestro, y aquel día abría sólo para ellos. Antes de que oscureciera, un helicóptero descendía del cielo con los Reyes y los niños eran llamados por su nombre y recibían su regalo.
En su biografía oficial sólo salen casos de corrupción e insultos pero gracias a él Barcelona tiene su mejor hospital, Teknon, y Port Aventura, la primera industria turística de España. Igualmente –pongamos la cara de hipócritas que pongamos– tenemos una democracia más consolidada porque sin sus donaciones, a cambio de nada, el Partido Popular habría tenido muchos más problemas para sobrevivir, sobre todo en Cataluña, y el Rey Juan Carlos se habría metido enseguida en líos financieros, empañando la mayor parte de su magnífico reinado. Hay un error muy común en la política española que es pensar que Aznar se cargó a Alejo Vidal-Quadras para contentar a Pujol cuando le necesitaba. No es verdad. Aznar tomó la decisión cuando Javier le hizo llamar porque en la tele de la cárcel había visto que Alejo le acusaba de corrupto: «Si no lo cesas en 24 horas, explico todo lo que os he dado».
Las guerras entre familias kuwaitíes le reventaron unas inversiones y proyectos que estaban funcionando muy bien, y a los que tuvo que dejar de dedicarse por culpa de la enfermiza persecución del entonces vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, enloquecido de resentimiento porque el padre de Javier se había burlado de él.
La idea de este cuento, la información que pretende, es que si tú pones a los detractores de Javier en una bolsa, es una bolsa que puedes desechar sin que nadie pierda nada. Si pones a Javier de la Rosa en una bolsa, no es una bolsa sino el saco de Santa Claus que hace que pese a las imperfecciones, debilidades e incluso infracciones, la Humanidad avance en amor y felicidad.