TODO IRÁ BIEN
El cuarto de invitados
Si Feijóo no toma riesgos ni pone en juego su iniciativa, llegará a presidente y será un buen presidente
Verano y escoba
80 y 25
Aznar llamó delincuentes a Junts y Feijóo está preparando al partido para poder pactar con los independentistas. Aznar gobernó con PNV y CiU cuando lo necesitó y bautizó a ETA como el grupo de liberación vasco. Lo evolutivo sería que hubiera aprendido pero insiste en ... un discurso que le desacredita como estadista.
Su obsesión con meter en la cárcel a sus rivales le hace parecer un chiflado. Ni siquiera un fascista, simplemente uno que no está en sus cabales: no lo estaba cuando quería encarcelar a Felipe González por los GAL y no lo está ahora cuando quiere hacer lo propio con Pedro Sánchez.
El Aznar que gobernó fue mucho más sensato: enseguida dejó en libertad a Vera y a Barrionuevo, pactó con el nacionalismo periférico y avaló la política lingüística de Pujol en la línea de lo que Toni Nadal dijo el viernes: «En Mallorca se habla en catalán porque lo dicen los filólogos. Y si hay un filólogo, el político no tiene por qué intervenir».
Feijóo no va a tener más remedio que gobernar con Vox o por lo menos pactar con ellos la investidura. Pero hace bien en mantener despejados otros caminos porque nunca se sabe. Es verdad que es absurdo, dañino y estéril hablar hoy de «marcador a cero» con Puigdemont o hacerse la tentadora con el PNV. Pero recuerda que la naturaleza mezquina, servil, oportunista de estos dos partidos se pone automáticamente a tu disposición cuando mandas; y recuerda también que España ni se rompe ni se romperá. ¿Qué se rompió cuando Aznar abolió el Servicio Militar obligatorio a petición de Pujol, permitió a las comunidades recaudar una parte significativa del IRPF y apoyó el despliegue de los Mossos d'Esquadra? No se rompió nada, tal como nada va romperse con Sánchez ni cuando Feijóo sea presidente y se aproveche, si lo considera conveniente, de la amnistía y del blanqueo de los independentistas que tanto ha criticado.
Nada va a romperse, nada, a pesar de esta España enfadada, apocalíptica, trágica, que tiene como ocio preferido anunciar el fin de los tiempos mientras gobiernan los otros y hace una versión de lo mismo cuando alcanza el poder. Si Feijóo no toma riesgos ni pone en juego su iniciativa, llegará a presidente y será un buen presidente. El mayor obstáculo en su camino hacia La Moncloa no es la resistencia de Sánchez ni la obscenidad de sus pactos. Su gran peligro, y la mejor y casi única esperanza del actual inquilino para mantenerse en palacio es que el líder de la oposición se vuelva a hacer un lío con Vox, como en 2023, o diga sobre Puigdemont cosas que no es el momento de decirlas. Alberto, aunque no será inmediato, ya casi lo tienes. Pero recuerda que tus enemigos más letales no están en el cuarto de invitados.
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