Aznar acusa a Sánchez de «convertir España en una colonia de Waterloo» a «cambio de seguir en la poltrona»

«España necesita un cambio urgente que significa que los delincuentes dejen de estar en los despachos legislando y pasen a estar en la cárcel para que la ley se les aplique. Ese es el cambio urgente de España», señaló antes de abrazar el discurso de la centralidad con el que Feijóo quiere presentarse a las próximas elecciones. «Hay que concentrar la confianza de una mayoría nacional ancha, a derecha y a izquierda», apuntó ante el aplauso general.

El discurso del expresidente Aznar fue crudo. Exponiendo la realidad de un país que en las próximas elecciones se jugará «algo más que la continuidad de un gobierno nefasto». «Nos jugaremos la vigencia de la Constitución. Nos jugaremos las garantías de nuestra libertad: la separación de poderes, la independencia judicial, la libertad de expresión y de información: el estado de Derecho en todas sus manifestaciones. Nos jugaremos el crédito de España en Europa y en el mundo. En realidad, nos jugaremos un cambio de país más que un cambio en el país», apuntó antes de acudar directamente a Pedro Sánchez y su ejecutivo de haber utilizado el «enfrentamiento para vencer».

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El expresidente advirtió a Sánchez que «si negocias presupuestos en una prisión, te asocias con presidiarios y pactas una amnistía con delincuentes, no te extrañe acabar en la cárcel: es tu ambiente» y elucubró sobre el pasado, señalanado que «cuando el Gobierno se daba tanta prisa excarcelando etarras: se estaba haciendo sitio. El cambio urgente en España significa que los delincuentes dejen de estar en los despachos legislando y pasen a estar en la cárcel para que la ley se les aplique».

Aznar señaló que no se puede llamar «reencuentro a convertir España en colonia de Waterloo a cambio de que los secesionistas toleren un simulacro de gobierno socialista en la Generalidad» y fue más allá al reconocer que en «Madrid y Barcelona hay un idéntico paisaje: el secesionismo vota investiduras y veta presupuestos. Con una mano paga y con la otra cobra. El balance siempre se salda a su favor, pero a los socialistas les da igual, porque consiguen lo único que les importa: la poltrona».

En ese proceso, Aznar cree que Sánchez «arrastra al país hacia una vía muerta», pero en lo que «dure la escapada, es más peligroso que nunca». Fue entonces cuando puso sobre la mesa el peligro real de España: un posible referéndum de autodeterminación que parece inasumible a día de hoy, pero que él ve cada día más factible, «porque sus socios –sus cómplices– tratarán de aprovechar los estertores de la legislatura para subir el precio de su apoyo, exigiendo cosas que siempre parecen inasumibles un minuto antes de ser concedidas. Estoy convencido: si le da tiempo, veremos al Gobierno atribuyendo facultades de autodeterminación y conciertos económicos a la carta; es decir, lo veremos dispuesto a fragmentar la soberanía nacional y a jugarse la quiebra fiscal del Estado». Y alertó, «el que lo dude, el que ose asegurarlo, que lo diga, que ponga la mano en el fuego: van a faltar vendas para tanto chamuscado».

Después de haber denunciado la situación, Aznar puso el foco en la solución, que en su opinión pasa por un PP fuerte que «sea claro a la hora de decir para qué pedimos «el apoyo».

«Ante el destrozo nacional, institucional, internacional, económico y social que ha supuesto el sanchismo, la tarea que tenemos por delante es la reconstrucción del país en cada uno de esos ámbitos. No se trata de hacer lo mismo, pero en otro sentido. Se trata de hacer lo contrario de lo que se viene haciendo. Se trata de unir lo separado, reconciliar lo enfrentado, recomponer lo roto», apuntó.

Y para ello, abrazó el discurso de la centralidad pregonado por Feijóo, y pidió «concentrar en nuestras siglas la confianza de una mayoría nacional, ancha, a derecha e izquierda, para conseguir un objetivo que rebasa estas siglas».