todo irá bien
80 y 25
Hombres y mujeres tenemos procesos de maduración muy diferentes y esperamos en momentos no coincidentes cosas distintas de la vida
A quién le debo la vida
Nico es el primer fichaje de Yamal
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Iniciar sesiónEl problema no es que a los señores de 80 les gusten las chicas de 25. Esto no es un problema. Esto es lo que hay para cenar. Os podéis escandalizar, nos podéis cancelar y hasta encarcelar pero las preferencias sexuales de los hombres no ... avanzan con la edad, nunca ha sido así y nunca lo será porque lo que activa el deseo, lo que enciende el mecanismo es el esplendor de la fertilidad. Otra cosa es que por lo que sea tú estés enamorado de una señora de 80 o de 100 años. Bien. Te felicito. Y es más, te apoyo. Pero más allá de exotismos y particularidades, lo natural, lo estructural, lo que hace que el mundo gire como lo hemos conocido hasta ahora es que a partir de los 25 años a los hombres nos gustan –salvando fetichismos y fantasías– las chicas que para verlas tenemos que mirar atrás.
Con las mujeres pasa lo mismo pero al revés. Lo que ellas esperan del sexo no es lo que un chico de su edad puede darles, sobre todo las más jóvenes. No hay chicos de 25 que estén preparados para dar inteligencia, mundo, seguridad, el lujo que es la brecha por el que ellas miran al infinito y nosotros a nuestro interior, por si nos queda aún para pagarlo.
A esta edad las chicas quieren probar en el mundo real el poder que han tenido en casa y en la escuela. Ella era una reina de instituto sin realmente mucho que perder. Él es un actor de Hollywood que no quiere que se note que hace tiempo que se aleja del agua fresca de la costa. Se han encontrado en el momento exacto, y a pesar de la diferencia de edad, se parecen mucho en lo que ambos pretenden: ella, demostrar que ya es mayor. Él, que todavía no.
Hombres y mujeres tenemos procesos de maduración muy diferentes y esperamos en momentos no coincidentes cosas muy distintas de la vida. Sin embargo lo que ofrecemos a cambio de lo que queremos se ha mantenido inmutable a lo largo de los siglos: sexo a cambio de poder. Éste es el gran motor del mundo. Luego, los hombres vulgares consumen prostitución, en lugar de afirmarse en la seducción para sentir que aún están vivos, que es lo que el sexo es y representa para nosotros. Y las mujeres vulgares, en lugar de poder, piden dinero y aunque a veces parece lo mismo, el matiz es letal y de esta cruzada línea raramente se regresa.
Pero descontando a los extraviados, el sexo, la edad y poder no son un problema. Son un conflicto. El conflicto por excelencia, el que hace que la Humanidad crezca y avance. Es así como lo hacemos. A veces con amor, a veces con violencia. Pero reconociéndonos siempre en el mismo impulso y por los mismos motivos.
Dios al fondo nos sujeta y nos da sentido, y hemos aprendido que demasiados cuerpos lesionan el alma única. Tenemos pudor, tenemos pereza, tenemos familia y la mantenemos fuerte, unida, confiada, muy querida. También tenemos un lobo sanguinario, íntimo, y solemos necesitar las dos manos para guardar el equilibrio.
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