Vivimos como suizos
Poco chimpancé
Será por leer a Angélica Liddell, pero he llegado a preguntarme si preferiría que me violasen unos sevillanos o unos argelinos
Una mujer cualquiera
Dos niñas gordas
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Iniciar sesiónAyer volvía a ver en el periódico el anuncio de la Comunidad de Madrid donde cinco hombres con aspecto normal, morenos y blancos, se aparecen como una amenaza. «¿Te desnudarías delante de ellos? Si no lo haces en la vida real, no lo hagas en ... tu 'contenido exclusivo' online. No sabes quién lo ve ni dónde puede acabar». A Irene Montero esta campaña para alertar de los riesgos de la pornografía en las redes sociales le parece muy mal. Dice Montero la Chica que la campaña «promueve la cultura de la violación y el terror sexual» porque «está situando en las mujeres la responsabilidad de las agresiones sexuales que sufren». Amárrame los pavos. Le parece paradójico que Ayuso se haya gastado un millón en esta campaña. Ella que tanto defiende la libertad, a la vez te dice que el hecho de que las mujeres vayan como les dé la gana y ejerzan su libertad es la causa de que suframos agresiones. Esta gente sigue siendo adalid del sola y borracha quiero llegar a casa, tengo derecho a ir por un descampado y por calles poco iluminadas o hacer 'autostop' sin tener miedo. Ve tú por esos caminos. Montero tuvo una discusión con Nacho Abad en el programa de este por la simple idea de que él defendía tomar precauciones. Menudo loco, eh. Pues nada, la precaución, mal. Que es cultura de la violación, hombre. El «gasta cuidado» de mi abuela es cultura de la violación. Le puedes llamar como quieras. Mientras haya hombres y haya mujeres va a haber violaciones. Y aunque hubiera sólo hombres.
Hace unos días descubríamos, por un artículo publicado en 'Science', que los chimpancés cambian de opinión si se les dan nuevas evidencias. Que adaptan sus elecciones en función de la información. Los chimpancés, puede. En el caso de las personas es más dudoso.
No sé si es por estar leyendo los brutales, fantásticos y apasionantes 'Cuentos atados a la pata de un lobo', de Angélica Liddell, qué mujer, qué cabeza, pero veo la foto de esos cinco tipos del anuncio y he pensado en la última violación en manada conocida, la del mes pasado durante una fiesta universitaria en Pamplona. Y me he preguntado si preferiría que me violasen unos sevillanos o unos argelinos. El olor sería el mismo, que unos vivían en un coche y los otros en una tienda de campaña. Mejor no digo nada. Tampoco es que me vayan a dar a elegir como a Meryl Streep en 'La decisión de Sophie'. ¿Tu hijo o tu hija a la cámara de gas y el crematorio? Voy a seguir teniendo la misma precaución con sevillanos, con argelinos o con tramperos de Connecticut. No sé si la campaña de la Comunidad de Madrid servirá para algo, sobre todo porque, y perdón por decirlo, me temo que las personas a las que va dirigido lo mismo no leen periódicos. Espero que esté también en otro tipo de medios. Pero gastar cuidado nunca está de más. También soy poco chimpancé, porque en eso no cambio de idea.
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