VIVIMOS COMO SUIZOS
Embajador
Arabia Saudí no mejora con Rafa Nadal, pero Nadal sí empeora su imagen con Arabia Saudí
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Don Rafael Nadal Parera es un conjunto de palabras que se suele utilizar para señalar superioridad de cualquier tipo. Ahora que la persona con esa gracia es embajador de la Federación Saudí de Tenis, le están cayendo palos por todos lados. Ya le caían ... antes por parte de quienes consideraban y consideran que es un facha. Sólo hay que ir a cuando se le ocurrió opinar en la pandemia. Creyó que se podían hacer mejor las cosas. Y lo peor, creyó que lo podía decir. Tuvo la desfachatez de ser así de radical en 2020: «Me da igual si están gobernando los de izquierdas, derechas, centro… Cuando hablo no lo hago pensado en política. Hablo como ciudadano y sin pensar si está gobernando el Partido Popular, el Partido Socialista, Ciudadanos, Podemos o Vox. Yo lo que quiero es que los que están gobernando, lo hagan de la mejor manera posible para todos». Le fue mejor a Santiago Segura cuando le preguntaron cómo lo habría hecho Torrente: «Como lo está haciendo el Gobierno».
Y ahora, embajador de la Federación Saudí de Tenis. O sea, está prestando (es un decir) su prestigio a un régimen que no es ejemplo de democracia, igualdad y respeto a los derechos humanos. Un régimen que compra blanqueamientos. Arabia Saudí me parece lo mismo con Nadal o sin Nadal. Con Rahm o sin Rahm. Pero Nadal y Rahm sí empeoran su imagen con Arabia Saudí. Lleva el país del Golfo un lastre pesadísimo en su macuto, solo que, en lugar de morir ahogado como ese pobre soldado, se mantiene a flote gracias al dinero. A mucho.
Rafa Nadal no tiene que ser ejemplo de virtudes. Puede ser un ídolo tenístico, un ejemplo de esfuerzo, pundonor (qué palabra) y cabeza para el juego. Pero no es interesante fuera de las pistas. No digo que el futbolista Sócrates lo fuera porque leyera a Gramsci. Menudo pelma. Decía María Félix que el dinero no daba la felicidad, pero calmaba los nervios. El dinero que viene de Arabia quizá altere los nervios. O las percepciones. Porque qué necesidad, que diría una abuela. Aunque yo qué sé, a mí no me lo han ofrecido. Es muy fácil dar lecciones siendo una mindundi.