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Perdigones de plata

Larga duración

Las comidas de trabajo de larga duración son otro timo de los tiempos modernos

El valor

Mamarrachismo viejuno

Ramón Palomar

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Ahora que nadie escribe cartas, de vez en cuando salta la liebre y alguien nos regala una «carta abierta» que enternece porque proyecta una necesidad epistolar ajena a la época actual. Maribel Vilaplana comió con el 'president' Mazón aquel terrible día que nunca olvidaremos. La riada mataba mientras él atendía otros asuntos junto a una periodista ... que tuvo la mala suerte de yacer ahí, justo ahí. Lo que de verdad me asombra viene cuando descubrimos que estuvieron hasta las 18.30 o las 18.45. Largarse de almuerzo y terminar a esas horas preñadas de hostilidad vespertina aplasta mi débil carcasa. Qué horror. A esa hora inhóspita ni vas ni vienes. Te arrebatan todo lo que podrías hacer esa tarde porque sales atolondrado. ¿Es de día o de noche, dónde estoy, quién soy? Sufres ese horario tonto que no sirve para nada, como mucho para ir al gimnasio, pero a ver quien encauza sus pasos hasta el territorio de las mancuernas tras una comilona y una charla tan extensa como el instrumento laboral de aquel Rocco Siffredi.

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