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tiempo recobrado

Cuando las apariencias no engañan

La dimisión de Mazón encierra el peligro de que su destierro a los infiernos sirva para hacernos creer que el problema se ha solucionado

Aquel viaje a Lisboa

El misterio de la fe

Pedro García Cuartango

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Dice el viejo refrán que las apariencias engañan. Yo siempre he creído lo contrario: que no engañan. Es el caso de Carlos Mazón, cuya conducta es el espejo de su alma. Tenía que haberse ido hace mucho tiempo por sus gravísimos errores, pero optó ... por aferrarse al cargo. Parafraseando a Churchill, eligió el deshonor y ahora sufre el castigo de una dimisión forzada por la mentira y el descrédito.

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