Tiro al aire

El PP hace un 'gentleman' de Sánchez

Sabemos que con Sánchez los milagros existen. Ahora comprobamos que también puede obrarlos su supuesta oposición

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Fiebre

La mayor falsedad que se ha dicho en la comisión de investigación del caso Koldo es que la derecha va a trabajar siempre por echar a Pedro Sánchez. Se lo advirtió al presidente uno de los senadores. Me pareció una obviedad. Error. Bastó ver luego ... cómo dirigió su interrogatorio el popular Alejo Miranda para saber que no es así. Me dicen que ha recibido un sobre del PSOE y me lo creo. No encuentro otra explicación a la remontada que el senador por Cuenca le regaló a Pedro Sánchez en vivo y en directo.

La mayor verdad de la comisión, en la misma línea, es que siempre se puede ser más 'hooligan' que Sánchez. La empresa era harto difícil. Casi imposible: aterrizó el socialista en el Senado acusando a la Cámara de montar «un circo». Eloy Suárez, presidente de la comisión, tuvo que pedir al mismísimo presidente del Gobierno respeto institucional. Tarjeta roja nada más llegar. La situación parecía irremontable. Pero no.

A las 13.49 horas fue el interrogado quién terminó por demandar ese mismo respeto institucional. En ese momento, el socialista se había convertido ya en un 'gentleman'. ¿Qué había pasado? Sabemos que con Sánchez los milagros existen. Ahora comprobamos que también puede obrarlos su supuesta oposición. Porque Sánchez logró ayer caminar sobre las aguas de su propia comisión de investigación por obra y gracia del peor interrogatorio a un presidente cercado por la corrupción que se recuerda en este país. El de Alejo Miranda.

En política, las realidades suelen ser relativas. Pero si alguien del PP ha felicitado al senador popular por su osada intervención lo ha engañado. La única verdadera alabanza a su actuación puede provenir de Moncloa y Ferraz. No descartamos el descorche de champán.

Lo mismo da todo lo que se dijera en las horas anteriores a la apertura del micrófono de Miranda. Ni los «no lo sé» de Sánchez, ni el «y tú más», ni los 1.000 millones que Sánchez le endosó a Aznar, ni el 155, ni el libro del Rey emérito, ni la Gürtel, ni Aldama…

La intervención de Miranda fue el punto de inflexión de una Comisión que, si bien tampoco estaba asustando a Sánchez, sí lo ponía frente a su espejo. Por hacer referencia a una herramienta neurocomunicativa nombrada por el mismo presidente. Se las sabe todas. Pero… ¿podía prever el desastre de Miranda?, ¿llegó al Senado con una bola de cristal?, ¿dijo lo del circo al arrancar la mañana no por él sino por el popular?

Lo institucional también tiene su arena y ya lo mismo da que Sánchez se mueva o no bien en ella. Si frente a él pones un cuñado que chilla, no deja responder y no maneja bien los tiempos, Sánchez se reviste de gladiador. Si el PP, con su dificultad para enarbolar banderas, pierde la de la educación, se queda desarmado frente al sanchismo.

«Encantado de venir», presumió al final el presidente, cual maestro de su propia ceremonia. Ahí si había sinceridad.

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