Vista a la derecha

Pues aunque Yolanda crea que ha llegado el momento de que haya una presidenta española, y esa mujer es ella, se equivoca de medio a medio ya que Sánchez no está dispuesto a cedérselo a nadie. Que haya logrando el apoyo del PP para cargarse el proyecto favorito de la formación morada indica el corrimiento de placas tectónicas del escenario político español. El plano del Congreso con el PP aplaudiendo, el PSOE mudo y las dos madrinas del engendro abrazadas a punto de llorar hablaba más que todas las palabras. La firma la puso el presidente, paseándose tan campante por Doñana mientras se tramitaba una de las leyes claves de su legislatura. Le importa un bledo que le llamen chaquetero, blandengue o pusilánime. Él va a lo suyo, a seguir en la Moncloa y el Falcon como sea y con quien sea. Es su principal rasgo, que recuerda el de aquel caballero del siglo de oro que se jactaba de que las bofetadas a él dirigidas las recibiera un criado. Y que demuestra su falta de la cualidad que Baltasar Gracián exige a los grandes hombres: «corazón de rey», valor, arrojo, agallas. «¿Qué importa que el entendimiento se adelante, si el corazón se queda?» escribe el ácido jesuita aragones en su primor IV de 'El héroe'. Mientras el presidente español siempre da un paso atrás en los momentos de peligro, sean los independentistas, los que le plantan cara o los que le chantajean.

El chantaje, sin embargo, llega a su fin, según la última encuesta de Tezanos hay que leer al contrario de lo que dicen. Pone a la cabeza de los presidenciales a Yolanda Díaz, cuando su propio partido la considera traidora al haber sido utilizada por Sánchez para acabar con Iglesias, que no va a olvidarlo, bien al contrario, va a ejercer una oposición tan fiera o más que la que haga el PP. Hinfla Vox para mantener la alarma de «¡Que viene el coco!» Sitúa a Más Madrid por delante de Podemos para restarle fuerza y sigue apostando por el PSOE como ganador en mayo y diciembre. Pero «queda todavía mucho partido», como dicen los colegas de deportes. Otra de las cosas a tener en cuenta es la posibilidad de que, si las cosas se le ponen mal, Pedro Sánchez busque el apoyo del PP como acaba de hacer con el 'sólo sí es sí'. En calidad de qué ni siquiera él puede decirlo. Pero que se guarda cartas en la manga, seguro. Incluso como jefazo en la UE, la OTAN o cualquier otro gran organismo internacional con sueldazo y avión privado. Ustedes no saben lo que cuesta privarse de él. Más que dejar de fumar.