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visto y no visto

Una voluntad de noche

A los ojos de los tontos, Dios también lo es. El pueblo quiere un dios tonto. Un dios que entendiera la teoría de la relatividad no le gustaría

Un jarrón de Fajalauza

Tres céntimos

Ignacio Ruiz-Quintano

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La corrupción es el factor de gobierno del Consenso, el «que con tanto trabajo nos dimos todos» en el 78. ¿Por qué? Nos lo revela el ministro de la Renfe, un filósofo pontífice, pues los filósofos contemporáneos, al decir de sir Alfred J. ayer, ... pueden dividirse en dos clases: los «pontífices» y los «artesanos», por razón no de su opinión, sino de su actitud. Así, el filósofo artesano es Wittgenstein, y el filósofo pontífice, Hegel, a cuyo nombre hay que arrimar ahora el del ministro pucelano Puente, que ha encontrado para la corrupción una fórmula tan genial como la que el vienés Otto Bauer, correligionario suyo, inventó para el derecho de autodeterminación: «Mientras la estupidez y la codicia existan, habrá corrupción».

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