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UNA RAYA EN EL AGUA

Elefantes en Palacio

«Sánchez y Abascal se han escogido como némesis voluntarias. Y en medio, la figura de Feijóo aparece desperfilada»

La nación anómica

La vestal de Venezuela

Ignacio Camacho

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«Se tenía que ir a Egipto, sí, para no perderse una foto en la que no pinta nada. Pero si las cosas le fueran bien ya me dirías tú si hubiese marchado». La rápida salida del presidente tras el saludo a los Reyes fue ... la comidilla del 12-O en los salones de Palacio, donde los corrillos clásicos han languidecido bastante desde que hace un par de años la Casa decidiese separar por colectivos profesionales a los invitados. «Se ha largado casi en modo Paiporta», bromeaba ante el periodista un antiguo asesor político que ahora se mueve por despachos financieros y universitarios. «Ha convertido en un problema algo importante, que es dar la cara en momentos antipáticos. Los silbidos en el desfile, por ejemplo, son normales pero hay que encajarlos, como hacía ZP, y a este hombre se le nota que su personalidad narcisista no tolera bien las muestras de desagrado. Con esa actitud huidiza sólo consigue incrementar en los adversarios las ganas de abuchearlo».

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