la tercera
Espejo de historiadores
El Premio Internacional de Historia Órdenes Españolas nació en 2017 con ese espíritu y en este contexto precisado de referentes, como un galardón único, generoso y de vocación universal, para trayectorias históricas relacionadas con lo hispánico y su proyección en el mundo
Hugo O'Donnell
En 1735 fungía en Madrid una pomposa y ambiciosamente autodenominada 'Academia Universal' como una tertulia más que la inquietud intelectual de la época comenzaba a hacer proliferar. Sus respetados miembros que, de ilustres pasarían en breve a ser también «ilustrados», eran mentalidades abiertas, reflexivas, representantes ... de un mundo intelectual que se alumbraba por todas partes con candiles nuevos, libres de la capuchina de los prejuicios, abiertas a enriquecedoras discusiones iniciadas con el planteamiento de hipótesis y concluidas por una síntesis final que, compartida o no, se sustentaba en el respeto que el reconocimiento del rigor y del saber merecen.
Felipe V intuyó «las grandes utilidades en beneficio común» que del saber y empeño de sus tertulianos se podían obtener, concretando su repertorio universal, acaso con la intención de apartarlos del carácter filosófico o político de otros círculos, toda vez que con frecuencia y acierto también investigaban e interpretaban los hechos pretéritos sobre los que se había construido la realidad que vivían. Para responder a los interrogantes históricos, recurrían a fuentes exclusivas y privadas que empezaron pronto a compilarse y difundirse. El Rey les estimuló, dotándoles de medios, distinguiéndoles como «criados de mi Real Casa» y precisando sus objetivos que no fueron a partir de entonces otros que ampliar y depurar el conocimiento histórico, amenazado por partes interesadas, por ignorantes y por diletantes. Así nació la Real Academia de la Historia y muy poco después su lema: «La noche huye, mientras brilla para los Iberos la luz de la Historia».
El norte apuntado por real mano sorprende por su redacción esmerada y brillante pero, sobre todo, por responder a una necesidad igualmente presente hoy. Actividad académica en la que se ponían grandes esperanzas: «aclarando la importante verdad de los sucesos, desterrando las fabulas introducidas por la ignorancia, ó por la malicia, y conduciendo al conocimiento de muchas cosas, que oscureció la antigüedad, ò tiene sepultadas el descuido».
La manipulación histórica que conlleva la propaganda constituyó de siempre un arma bélica sutil, y España tuvo muchos enemigos, muchas guerras y muchos periodos entreguerras llenos de mutuas suspicacias. Fueron determinadas temáticas, de todos conocidas, las más traídas y llevadas: las vinculadas a cuestiones religiosas, ideológicas o políticas.
La persuasión interesada y reiterada, además y en el mejor de los casos, supone un recurso cómodo e inmediato sustitutorio de la búsqueda sana de la verdad, la crítica creativa y la reflexión horada. Junto a esto, en un mundo marcado por la inmediatez de los resultados, la juventud estudiosa se ve tentada de seguir juzgando el pasado como si fuese el presente y de hacerse llevar por la empatía del momento, pudiéndose llegar entonces a la desalentadora conclusión de que la leyenda negra pervive en la mayor parte de las universidades del mundo y en el imaginario colectivo. Por si fuera poco, abunda en casa la reacción visceral e ingenua opuesta, manifestaciones chauvinistas igualmente influenciadas por las versiones aprendidas que, desacreditadas en el mundo académico, cierran el paso al conocimiento científico. Posturas parejamente adoptadas desde el conocimiento insuficiente y desde la toma previa de posiciones que también sufrimos en la actualidad española. La interpretación histórica exige una dosis suficiente de imparcialidad y de objetividad junto con un rasero cultural aún no alcanzado.
En su ya largo devenir, la Academia ha sido consecuente con esa «importante verdad», a transmitir. Con cuatro numerarios de esta institución en su jurado, el Premio Internacional de Historia Órdenes Españolas nació en 2017 con ese espíritu y en este contexto precisado de referentes, como un galardón único, generoso y de vocación universal, para trayectorias históricas relacionadas con lo hispánico y su proyección en el mundo. Los premiados anualmente hasta ahora hablan elocuentemente de su exigencia y de su excelencia: John H. Elliott, Miguel Ángel Ladero, Enrique Krauze, Carmen Iglesias y Giovanni Muto
Este homenaje en su sexta edición ha recaído en la profesora Carla Rahn por su larga trayectoria investigadora y docente iniciada en 1972 de la mano de Nicolás Sánchez Albornoz –el hijo de don Claudio– como 'thesis adviser'. Junto con su marido, el también profesor William Phillips cultivó pronto la temática histórica española bajo múltiples ópticas, llegando a compartir diversas publicaciones de gran difusión universitaria. Los centenares de alumnos del tándem formando por Carla y Bill Phillips son el mejor legado en pro de una justicia histórica que se sigue, sin embargo, zarandeando. Un ejemplar trabajo sobre la difícil introducción de las reformas dieciochescas en el virreinato del Perú llevada a cabo con medida y prudencia lo titula Carla 'Borbón con agua' con gran sentido docente y regocijo de su alumnado familiarizado con el «Bourbon with a splash of water» de los pubs de Minneapolis.
Como norteamericana, ha trabajado durante medio siglo en algo que consideraba propio y que pudo cuajar entre dificultades y valor, mediante la travesía de los océanos en un medio que constituyó el objetivo principal de sus investigaciones: el tipo de buque español: que conocemos como galeón, transatlántico y transpacífico, transmisor de conocimientos, de ideas, de tecnología invertida y de riquezas materiales y espirituales revertidas. Un microcosmos de convivencia, de técnicas y de aspiraciones cuyo conocimiento debe ampliarse mediante la preservación y la excavación científica y respetuosa de los pecios, de los últimos restos que el fondo del mar ha preservado y la avaricia y el populismo más primario amenazan, así como la justa memoria de quienes se arriesgaron a embarcar en ellos, los tripularon y acaso los defendieron, tantas veces sin éxito.
El profundo conocimiento que de ese mundo posee nuestra profesora, así como el dominio de la «parla» marinera y la jerga científica de los pilotos y cosmógrafos de la primera globalización, la han hecho depositaria de la confianza de la Hakluyt Society en diversas de sus más manejadas traducciones para lectores ingleses. Libros españoles de náutica en los que Europa, empezando por Francis Drake, aprendió a navegar.
El prestigioso y actual 'The Mariner´s Mirror' que ha tomado reverentemente el nombre de un 'Espejo de navegantes' que Alonso de Chaves redactara en 1540 ha recogido su doctrina, en el convencimiento de que estaba publicando la labor de un espejo de historiadores, la propia Carla que, emérita como docente, continúa su incansable actividad investigadora y difusora bajo los mismos parámetros de siempre. En la Roma antigua el soldado emérito –emeritus– disfrutaba de la recompensa debida a sus méritos. El VI Premio Ordenes Militares es una de las que nuestra emérita ha meritado pero, juegos de palabras aparte, para fortuna de la Ciencia y a diferencia de aquél, su tiempo de servicio dista mucho de haberse cumplido.
Es miembro de la Real Academia de la Historia
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