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El precedente de Ceuta

Si hay un lugar donde el entendimiento entre PP y PSOE supondría una buena noticia para el interés nacional son Ceuta y Melilla, pero los objetivos de Pedro Sánchez son otros

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Si hay algún lugar de España donde una coalición entre los dos grandes partidos de Estado –el Partido Popular y el PSOE– tiene todo el sentido y encuentra una plena justificación en la necesidad de preservar la seguridad exterior del país es en Ceuta y ... en Melilla, estas dos ciudades españolas fundadas en el norte de África desde mucho antes de que existiera el Reino de Marruecos. Por eso, la orden terminante de Ferraz a los socialistas ceutíes de que pusieran fin a las negociaciones para alcanzar un pacto bipartidista que diera estabilidad a la legislatura es una muestra más de cómo Pedro Sánchez siempre está dispuesto a subordinar cualquier interés superior a su propia conveniencia. «No es momento de pactos, sino de vacaciones» es la rúbrica de la orden del partido que puso fin a los contactos del socialista Juan Gutiérrez y el popular Juan Vivas, que desde 2001 ostenta la presidencia de la ciudad autónoma. Desde hace mucho tiempo los socialistas ceutíes han venido colaborando con Vivas y, muy probablemente, lo seguirán haciendo cuando pase el periodo de investidura que vive el país.

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