taconeando
De pactos y cuchillos
La investidura la deciden los cuatro nacionalistas con sus pactos y cuchillos
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Quizás en España no haya cuestión más importante que la identitaria. Tras los resultados del domingo, vemos que hay media España que se siente cómoda con un modelo federal y donde las autonomías tengan gran poder de decisión. Esas alianzas que ahora vemos surgir por aquí y por allá son las del antiespañolismo periférico ... , que apuesta por el saqueo metódico del Estado, el reparto de lo común y la autodeterminación. El caso es que en número de votos ha ganado la España constitucionalista, la más ilustre y antigua, porque ésta es una España aferrada a valores y a tradiciones, una que añora los consensos de la Transición.
La cuestión identitaria explica también la geometría del poder, dado que la investidura la deciden los cuatro nacionalistas con sus pactos y cuchillos. Qué tristeza, todos pendientes de la sombra serena y sonriente del prófugo Puigdemont. El nacionalismo es hoy una maquinaria política bien engrasada, y si el sanchismo es reeditado y consigue contar con el apoyo de esta tropa sin romper España, sería un milagro. Dicen que han resuelto la vieja, herrumbrada y maldecida guerra de familia, hablan de concordia, pero la verdad es que estamos vendidos. La verdad verdadera, esas letras que ahora no nos atrevemos a escribir en el periódico porque son palabras que nos duelen a todos, es que media España está dispuesta a aceptar todas las reivindicaciones de quienes les aprietan cada vez más el lazo.
Puigdemont ya ha sacado el cuchillo y Sánchez prepara la mesa y las mentiras justificativas de un pacto a dos tiempos. No son necesarias tantas molestias, su electorado está más tranquilo con los comunistas de Sumar, con Bildu y ERC que con PP. El naipe polémico del resentimiento y la reivindicación se ha inoculado bien en esta España gremial, siempre en guerra con la otra España. La trampa principió con este trueque nauseabundo entre mentiras peligrosas. Desde 1993, cuando el PSOE utiliza el miedo al franquismo y a la extrema derecha con el vídeo del doberman, y sobre todo tras la llegada de Zapatero, la izquierda ha ido volando todos los consensos de la Transición. Definieron un nuevo PSOE que considera los pactos con nacionalistas como la única vía de acceder al poder, y acabarán entregando el cuchillo que parte y reparte España a estos hermanos separados.
La duda era si el proyecto de la derecha debía fracasar porque es una especie de imposibilidad matemática, al menos mientras esté dividida, o si se debe al anacronismo y al desgaste del propio modelo que defiende, o sea el Régimen del 78. Pues el apoyo a esta España ha quedado claro y crudo en la ordalía nacional del domingo.… El dilema que tenemos, a largo plazo, es que si la visión identitaria de la derecha es anacrónica o no consigue formar gobiernos, habrá que inventar nuevas fórmulas, pactos y liderazgos capaces de unificar a toda la España constitucionalista. Hemos perdido las elecciones, pero la aventura ahora es buscar consensos entre los que comparten el mismo proyecto de país.