taconeando
La ola del cambio político
Ya dijo aquel poeta, que España es un sabor, un exceso de sabores, magnificencia y calor
Sánchez pierde mintiendo (11/7/2023)
Feijóo: un Felipe de Armani (5/7/2023)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónYa lo dijo el poeta: «Que viva España». Cuando las cosas o los seres principian a no gustar a nadie, es que una etapa se cierra u otra se abre. Olas del cambio de mareas. Cuidado con el exceso de euforia, avisan los cautos. Pero ... nos hemos venido muy arriba, y el camarero De la Riva pone a Manolo Escobar. ¿Más alto o más veces? ¡Todo! Transistor y bailecito en el restaurante. La gente no se comporta, y está en su derecho. Vuelve España a modelar con sencillez evocadora el bipartidismo, no precisamente sencillo, sino complicado. Vuelve el sensacionalismo y la emoción del cambio, vuelve la cultura del '¡Hola!', ya agotada en todos los quioscos. Una ha felicitado a doña Isabel Preysler esta mañana, que no todos los días se casa una hija. Regresan las novias de Lorca, la España del croqueteo, el vestido de cocktail y los premios Mariano de Cavia. Regresa la cultura popular y viandante, que es el pegamento de España. Y vuelve a sonar más alto, más veces: «Entre flores, fandanguillos y alegrías/ Nació mi España, la tierra del amor».
Ya dijo aquel poeta, que España es un sabor, un exceso de sabores, magnificencia y calor. Vuelven las novias, las piedras preciosas del vestido de Tamara, las folclóricas y los políticos repartiendo euros a cambio de votos. España está de luto por Carmen Sevilla, se despide a galope de Gish de Pedro Sánchez y pasa la mañana estudiando la boda del año en la playa. Vuelven las fragatas, las señoras bien y el cine de verano. Hemos ido a ver 'Ninette' a la Filmoteca Española, porque queremos seguir creyendo en el cine español. Las Patakys y las Pititas, esa síntesis de la religiosa castiza y la mala mujer, marca tendencia estival. Las Ventas, la Giralda, la Torre del Oro, el Pilar y el desnudismo de Ibiza dibujan el paisaje del pueblo excesivo, del pueblo extremo. El exagerado pueblo de purgaciones, coronado de desdicha, de poesía y sentimiento, con sus delirios de grandeza y sus héroes de leyenda negra. «En las tardes soleadas de corrida/ La gente aclama al diestro con fervor».
Nos sobra el talento y nos falta humildad. Todavía tenemos la sensación de euforia después del debate, vivimos en plena transmutación milagrosa, efervescente. ¡Cuidado, optimistas! Regresan las olas del turismo, la política y las verbenas donde nadie escucha a nadie porque todos hemos venido a opinar. Estamos en la época ideal en que ya hay democracia, pero escasa libertad de opinión. Cuantos soñadores, poetas, menesterosos, libérrimos, ingenuos e incomprendidos se habían cepillado artísticamente los tiburones de la censura. Pedimos amnistía, y con ella el regreso de la España más hermosa, la España santa y loca, irremediable de humanidad. La más fuerte y la más permisiva. Todo lo hacemos con más pasión y con más poesía, nuestros excesos también son nuestra mayor fortaleza. «¡España es lo mejor!», remata un poeta de la mesa de al lado. Se ruega a todo el personal del restaurante que se comporte… ¡Estamos viviendo una peligrosa ola reaccionaria!
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete