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ANTIUTOPÍAS

La función de la mentira

A los líderes les resulta más fácil forjar lealtades con la mentira, que apuntalar su liderazgo con verdades

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México no es país para reyes

Carlos Granés

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La mentira, explicaba Anne Applebaum en su pódcast sobre las nuevas formas de autocracia, tiene un sentido nuevo en la política contemporánea. Ya no se usa para engañar al votante, o al menos no tanto o no exclusivamente. Cuando un político suelta exabruptos, afirmaciones delirantes ... que son evidentemente falsas, lo que busca es poner a prueba la lealtad de sus seguidores. La mentira desquiciada es el test del líder desquiciado. Se miente para comprobar quién está dispuesto a negar la realidad, a secundar la fantasía y a embarcarse con el jefe hasta el fin del mundo. Ahí radica la novedad, la función inusitada que tiene ahora la mentira: no engaña al opositor, corrompe al seguidor.

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