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EL BATALLÓN

Tito Berni, gente de bien; Otegi, hombre de paz

El intento de deformación del discurso de Feijóo enlaza con ese fondo pueril del sanchismo y sus mariachis

Álvaro Martínez

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Desde que le birlara el término a Podemos, anda el PSOE aparentando ser «el Gobierno de la gente». Al menos eso es lo que se lee en los atriles y a la espalda de quienes salen a hablar en nombre del socialismo, y por eso ... quizá le haya molestado tanto a la izquierda la expresión 'gente de bien' utilizada por Núñez Feijóo para apuntar la innegable condición de díptero testicular (vulgo, mosca cojonera) del sanchismo, que revolotea insistentemente sobre el libre albedrío de las personas, sobre su vida, su hacienda y, fundamentalmente, su libertad. Todo el mundo entiende que esa expresión se refiere al conjunto de personas honradas y de buenas intenciones, que en España son la gran mayoría, a las que ese moscardón jeringa la existencia en cuanto se pone a legislar o decretar. Gente de bien son, por ejemplo, las mujeres víctimas de agresiones sexuales que observan perplejas en su desconcierto cómo gracias al «Gobierno de la gente» ven acortado el castigo sus violadores, que evidentemente son 'gente de mal' o malvada que no merece el premio que se les ha regalado. «Efectos indeseados –aclara el personaje– y me quedo corto...». Faltaría más que fuesen deseados.

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