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LA TERCERA

Sexo: uno, ninguno y cien mil

«La campaña trans nos habla de la autopercepción de la persona, de los trémolos de su conciencia, de sus palpitaciones íntimas e irrenunciables, y patatín y patatán. Al compromiso antañón con la realidad material, ha sucedido una especie de sentimentalismo, con fugas románticas e individualistas y la recuperación intermitente de fantasías gnósticas. Algo chirría, algo no encaja, en esta última encarnación de la izquierda»

NIETO

Álvaro Delgado Gal

La 'ley trans' va camino de su aprobación definitiva tras haber superado los retoques a la baja que el PSOE, desgarrado por tensiones internas, intentó introducir hace unos días en la Comisión de Igualdad del Congreso. El documento relaja los requisitos para el registro de ... sexo, aunque no altera el mensaje nuclear de una ley de 2007: cada cual, lo mismo si es hombre que mujer, tiene derecho a que conste en los papeles el sexo que le venga en gana. Esto, al pronto, suena raro. Por mucho empeño que ponga un hombre, no producirá óvulos, y otro tanto ocurre con una mujer: aunque se suministre andrógenos hasta criar barba, no emitirá espermatozoides. Pablo de Lora aborda el problema de modo admirable en 'El laberinto del género' (Alianza Editorial). El libro abunda en jurisprudencia comparada, en matices e irisaciones conceptuales. La cuestión, desde luego, no es simple. Es más, bordea lo ininteligible. En las líneas que siguen, desgranaré algunas observaciones de las que Pablo de Lora es por entero inocente.

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