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casa de fieras

Que te corten a trozos

Harán con un cacho de tu cuerpo un roto que te dejará amputada de por vida. Para que no puedas sentir placer

Cocaína y barbarie

De Umbral

Alfonso J. Ussía

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Te abren de piernas. Es cosa de tres o cuatro mujeres. Te agarran con sus seis brazos los tobillos, los muslos, las muñecas. Una de ellas te sujetará también para que no puedas cerrarlas. Gritarás, sí. Pero todavía no habrás sentido el desgarro de ti ... misma con la cuchilla de afeitar. Cuando te corten el clítoris, entonces, sí que gritarás de dolor. No te pondrán una inyección para aliviar el horror que te abrasa. No hay epidural, no. Harán con un cacho de tu cuerpo un roto que te dejará amputada de por vida. Para que no puedas sentir placer. Para que dejes de ser la mujer que pudiste haber sido. Quizá, mientras tu madre, tu tía, tu suegra o tu cuñada estén cortando lo que te hacer ser libre, te acordarás del viaje y de todo lo que pasaste hasta llegar aquí. Casi te cuesta la vida. Y aún con esas, esta tierra prometida no ha dejado atrás la barbarie de la que escapabas. Tanto miedo tuviste entonces. Como el que sientes ahora mientras te desgarran la piel a tiras. Reza para que la hoja esté afilada. A más de una se lo hicieron con la misma.

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