La vacuna del cinismo
Si Villegas es incapaz de dimitir, ha de ser el presidente de Murcia quien lo retire de forma fulminante
ABC
La comparecencia en la que Manuel Villegas, consejero de Salud de la Región de Murcia, ha reconocido a primera hora de la mañana que se vacunó contra el Covid-19, ignorando cualquier protocolo sanitario y, más aún, pasando por encima de la ética profesional que ... debe guiar el ejercicio de los gestores públicos, debería conducir a su inmediata destitución. Si Villegas es incapaz de dimitir, ha de ser el presidente de Murcia quien lo retire de forma fulminante de su cargo, para el que ha quedado inhabilitado.
El precedente de los alcaldes que se saltaron la cola que desde el pasado diciembre forma toda la sociedad española para administrarse las vacunas de Pfizer o Moderna -suspendidos de militancia por el PSOE- obliga al PP a actuar con la misma diligencia en un caso que refleja el ventajismo con que, sin pudor, algunos políticos se manejan en la vida pública. Las dimensiones del drama que representa la pandemia no admite privilegios, ni adelantamientos por la derecha. Si Villegas y su equipo, incluida su esposa, consideraron que cumplían todos los requisitos para recibir la vacuna de manera prioritaria, debieron haberse inoculado el compuesto farmacológico de forma pública y con la más absoluta transparencia. A estas alturas, descubierto el fraude, las disculpas no son suficientes en un caso de genuina corrupción, relacionada con una tragedia nacional que multiplica su gravedad y que representa un intolerable desprecio a todos aquellos a los que Villegas estaba obligado a proteger y priorizar con una gestión cuyo egoísmo, ya manifiesto, resulta incompatible con el servicio público.
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