La última crónica de Robert Capa
Fue la única ocasión en que Robert Capa cambió en la guerra de España la máquina de fotos por la de escribir. Por una sola vez, el mejor fotógrafo de la contienda civil quiso acompañar sus imágenes con más de mil palabras. Algunos de los ... protagonistas que movieron a Capa a escribir aquella crónica excepcional, fechada el 3 de enero de 1938 en las calles de Teruel convertidas en campo de batalla, yacen desde entonces en una fosa perdida, fusilados por orden de sus propios mandos por exigir el cumplimiento del permiso que se les había prometido después de la conquista de la ciudad aragonesa.
Capa había compartido con aquellos combatientes, miembros de la 84.ª Brigada Mixta del Ejército Popular, las duras jornadas de Teruel, con temperaturas de 20 grados bajo cero. Los había fotografiado en su lucha calle por calle y casa por casa, y en sus momentos de descanso mientras retiraban a sus muertos y heridos o buscaban leña entre las ruinas para sobrevivir a la congelación.
La admiración por el heroísmo y el sacrificio de aquellos hombres impulsó a Capa a dedicarles su única crónica escrita de la Guerra Civil. El legendario reportero nunca conoció el trágico destino que esperaba a 46 de aquellos héroes republicanos de Teruel, que serían abatidos por las ametralladoras de su propio bando apenas dos semanas después de la publicación de su crónica en el diario francés «Ce Soir».
Si hoy viviera Robert Capa y supiera que, 70 años después, los familiares de aquellos héroes iban a promover la búsqueda de la fosa donde se encuentran sus restos, estoy seguro de que cerraría por fin aquella crónica. Y entonces le sobrarían las palabras y le bastaría con tomar una sola imagen del lugar donde yacen para que podamos reconocer en aquellos españoles olvidados, los perdedores de los perdedores de la Guerra Civil, el sufrimiento de todas las víctimas de la contienda.
Escritor y
periodista
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