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Editorial ABC

La táctica de tolerar el odio

Sánchez permite que el radicalismo de Unidas Podemos campe a sus anchas para hacer caja electoral con los votantes de izquierda que rechazan tanto extremismo

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Después de tres jornadas de violencia inusitada en Barcelona, Madrid y otras capitales, el presidente del Gobierno tomó ayer la palabra para proclamar una condena tan previsible como tardía. Tan acostumbrado como está el Gobierno a etiquetar cuanto les molesta con la tacha de ‘fascista’ ... o ‘franquista’, Sánchez se cuidó mucho de hacer lo mismo con el vandalismo de ultraizquierda, defendido y jaleado por su socio en el Gobierno, Unidas Podemos. Por supuesto, la violencia es incompatible con la democracia, como dijo Sánchez. Pero más grave es que esa violencia esté justificada desde un partido que comparte gobierno con el PSOE. La democracia sabe derrotar la violencia vandálica con la actuación policial, la aplicación de la ley y las sentencias de los tribunales. Pero la democracia es mucho más vulnerable cuando tiene un topo de los violentos entre las filas del Ejecutivo y esto es lo que Sánchez -por puro tacticismo, decidido incluso a sacar rédito político de una grave crisis de orden público- evita reconocer con su silencio sobre Unidas Podemos .

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