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Enfoque

Dos muertos yacen

Vuelven las llamas a Zaldívar

Salvador Sostres

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Una de las estampas más tétricas de España es la relación que un determinado sector de la sociedad vasca tiene con la muerte. Una gestión pésima de la piedad, a veces cruel, siempre inhumana. Los etarras, por supuesto, pero no sólo ellos. Arzalluz con los ... chicos de la gasolina, con el árbol y las nueces. El obispo Setién con su escasísimo sentido de la piedad y su facilidad para confundir a los verdugos con las víctimas. Los miles de vecinos que pese a rechazar la violencia callaban ante el espanto y su silencio resonaba lo mismo que un disparo. Dos muertos yacen desde hace unos días sepultados bajo toneladas de basura en el vertedero de Zaldívar. En cualquier otro rincón de nuestra geografía se habría organizado una auténtico escándalo, no exento de su parte de espectáculo amarillista. El niño Julen ocupó toda nuestra atención, toda nuestra actualidad y toda nuestra esperanza durante los 13 días que tardaron en recuperar su cuerpo del fondo del pozo de Totalán en el que había caído, cuando era obvio que era prácticamente imposible hallarlo con vida.

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