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Vivimos como suizos

El Nobel de Zenobia

Irene Montero parece no entender que a veces las mujeres hacen lo que quieren, no a lo que se ven obligadas

Rosa Belmonte

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El día de las escritoras (ayer) es como la mesa de los niños de los días, que diría Kristin Scott Thomas en «Fleabag». Ella dice que los premios a las mujeres (la mejor empresaria y esas cosas) son la mesa de los niños de los ... premios. Y si los aceptas es para no parecer capulla. Sólo faltaba el vídeo todo tíos de Podemos recomendando escritoras. Michel Houellebecq ha publicado en Francia «Interventions 2020». No sé qué habrá de nuevo con respecto a «Intervenciones» (Anagrama), de 2011 (en Francia salió en 2009). El nuevo volumen comprende treinta años de ensayos y opinión, pero lo que veo reseñado es lo que ya había en el libro original (quizá porque quien escribe no lo había leído). Por ejemplo, su perplejidad ante la reacción de algunos cuando aseguró que el islam era la religión más estúpida (y todas se lo parecían, pero el islam más). Recordaba que la mayoría de buenos autores del pasado, de Spinoza a Lévi-Strauss, había llegado a la misma conclusión. A la vista de cómo está hoy la cosa, que me corten la cabeza, aunque preferiría un tocón y un verdugo que un fanático imberbe. «No había entendido que el respeto por las identidades se hubiera vuelto tan intenso». Y esto es de una entrevista en 2002. «El respeto se ha vuelto obligatorio, incluso para las culturas más inmorales e idiotas. Desde hace unos años, hasta la Iglesia Católica ha empezado a comportarse como una minoría que exige respeto, aunque de una forma menos virulenta que el islam».

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