Vivimos como suizos

Negritud

Una sociedad chiquita valora tu nivel de homofobia, transfobia o lo que sea según lo que digas

Vamos todos poniéndonos la tirita en la frente. De Bob Esponja, que se vea. Matizando, no nos vayan a llamar de todo. Vale, un tío se ha inventado una agresión. La que has liado tontopollito. Pero eso no significa que las agresiones homófobas no existan. ... Que sí, que sí. Yo con 14 años volvía del instituto de noche caminando por el centro de la carretera. Me parecía más seguro que por la orilla. Miedo siempre hemos tenido las mujeres, lo entendemos. Pero hablan de bandas que van de caza. Aunque existieran una o dos no habría patrón. Y como los maricones no tienen veda se pueden cazar todo el año. Tórtolas no, maricones sí. Como en ese libro tan sobrevalorado de Nana Kwame Adjei-Brenyah. Miren, creo que con ese nombre no se puede ser escritor y pretender que te quedes con el nombre. Ya me rendí con Chimamanda Ngozi Adichie. En ‘Friday Black’, digo, hay un relato titulado ‘Los cinco de Finkelstein’, donde tras el asesinato por un bruto blanco de cinco niños negros, grupos de negros matan a blancos al azar nombrando a los niños muertos. Además, el protagonista va viendo cómo su nivel de negritud encaja en cada situación. Cómo una sociedad blanca atribuye a sus gestos o expresiones un equivalente de temor o simpatía. Y aquí estamos con nuestra negritud frente a la sociedad chiquita que valora tu nivel de homofobia, transfobia o lo que sea según lo que digas.

Mentiras ha habido siempre. Desde monjas que daban caramelos envenenados a los niños en el Madrid del 36 (con las consiguientes represalias populares) al bulo de que en Orleáns en 1969 había trata de blancas en los probadores de las tiendas de ropa. Las jóvenes eran drogadas y evacuadas a lugares exóticos de prostitución. El rumor pasó a los periódicos y los telediarios. No había nada. Lo único cierto era que todos los dueños de las tiendas eran judíos.

Veo los telediarios y, oye, ni las distopías de ‘Friday Black’. Bulos, vándalos, una boa en Palencia, un canguro en Monteagudo y una extrema derecha más mala que el baladre. Sólo faltan los payasos justicieros de ‘La que se avecina’.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios