Larsen

El lenguaje del señor Badcock es denigrante desde la primera línea: “Llamémoslo una luna de miel de ensueño” (…) “detalles encubiertos por el secretismo” (…) “pseudónimos poco imaginativos” (…) “factura que hace que se te salten las lágrimas” (…) “el Banco de Papá” (…) “compinche de regatas” (…) “un hombre de negocios con un historial pintoresco”. Su periodismo de investigación está salpimentado de opinión: “Pero las preguntas a las que España empezará a enfrentarse hoy mientras digiere las últimas revelaciones The Telegraph son: ¿Deberían el Rey Felipe y la Reina Letizia devolver el dinero por su vacación del año 2004? Y si es así ¿a quién?”

Me gustaría invocar el Código de Buenas Prácticas de la Independent Press Standard’s Office, artículo 1, párrafo 3 para explicar que aunque el señor Badcock reivindica que su historia es una “exclusiva” -“The Telegraph puede revelar” afirma- hace muchos años que en España sabemos a dónde fueron SS.AA.RR. los Príncipes de Asturias, que el viaje fue un regalo de S.M. el Rey Juan Carlos a su hijo y, lo más importante, que fue organizado por Corinna Larsen, una mujer germano-danesa de clase media cuyo “pintoresco historial” no parece interesar a su corresponsal, el señor Badcock. Yo espero que The Telegraph mantenga su reputación: el señor Badcock debería hacer sus deberes (es decir, investigar los medios españoles y los libros en los que ya se ha publicado esta historia y citarlos) y contrastar sus fuentes (además de la firma de relaciones públicas y los abogados que su fuente mantiene en Londres con una factura multimillonaria).

El “momento oportuno” del “periodismo de investigación” del señor Badcock también es muy “pintoresco”: su primera “exclusiva” coincidió con el principio de la reclusión y la última con su levantamiento. La siguiente pieza bien programada podría ser sobre una Familia Real que ha dado a España 40 años de estabilidad política. La fecha perfecta puede ser el próximo 16 de julio, la fecha del homenaje nacional a los 30.000 compatriotas que han muerto. Los Reyes presidirán el acto. Espero que mi ironía no oculte mi disgusto. Dicho simplemente: The Telegraph no puede y no debe contribuir a un ejemplo manifiesto de chantaje. Quizá si el señor Badcock investigara los problemas legales de la señora Larsen tendríamos una imagen más clara de lo que pasa».

Ciertamente es muy triste ver en qué se ha convertido un medio como «The Daily Telegraph»: una agencia de chantaje al servicio de gentes de dudosa reputación. Y por lo que pueda valer, me permito ofrecer la traducción al castellano del nombre de James Badcock, su corresponsal en Madrid: Jaime Malapolla.