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Perdigones de plata

Los hombros de la Legión

Ver a ese legionario con el crío asustado a hombros debería de quebrar los mitos que encadenan las seseras

Ramón Palomar

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El general Custer, al lado del general Millán-Astray, no es sino un pobre idiota que cayó en la celada que le tendió Caballo Loco allá en Little Big Horn. Pero los yanquis nos enchufaron un clásico, ‘Murieron con las botas puestas’, hidratado además por ... el inolvidable himno ‘Garry Owen’, y crearon una leyenda. Nosotros jamás hemos sabido vendernos, más bien lo contrario. Frente al mantra difuso de la ‘nueva normalidad’ me conformaría con alcanzar, algún día, una normalidad sencilla, una normalidad donde se disipen los absurdos prejuicios que todavía nos lastran. Contemplar a ese legionario portar sobre los hombros a un crío asustado cuando Marruecos franqueó el paso de sus desheredados debería de quebrar los mitos que encadenan demasiadas seseras.

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