Suscribete a
ABC Premium

Miedo a la democracia

CON frecuencia reparamos en los defectos que un sistema tan anticipado como el de la democracia acusa entre nosotros. Con más frecuencia aún somos capaces de hacer un diagnóstico certero para terminar reconociendo que nada podemos hacer. ¿De verdad lo creen así? No será que ... no queremos, que admitimos cómodamente que una vez conseguido el poder por esa laboriosa máquina que son los partidos se hace inviable cualquier tipo de reforma. De todos los cambios necesarios para hablar de una democracia auténtica, sin ataduras ni miedos, el de la reforma de la Ley Electoral es el más importante. Lo es por definitivo, porque de no hacerlo quien puede y debe lo harán los ciudadanos, cada vez más instalados en la sospecha de que el sistema está lleno de trampas.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia