el retranqueo
Salvadora de ‘chachas’
Vaya. Doña Salvadora desea que le vengan las muchachas marroquíes
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónYa lo decía Gracita Morales con esa voz de Gracita Morales, estridente como un despertador, dañina como una aguja en un ojo. ¡Cómo está el servicio, señoraaaa! La caricatura que ideó Ozores renace cincuenta años después, y todo, gracias a Salvadora Mateos, delegada del Gobierno ... en Ceuta y socialista de pro, de esas que dicen lo que les viene en gana porque lo progre no escandaliza, y de esas que se indignarían si alguien de la derecha, no digamos un hombre, dijese lo que ella ha dicho. La tal Salvadora ha hundido en la miseria a Pedro Sánchez, empeñado en justificar el giro radical con el Sahara para enfocar una nueva estrategia para dar otra visión a la geopolítica internacional.
Tan embebido ha estado Sánchez en su palabrería hueca para simular que España no ha regalado a Mohamed VI hasta las costuras de nuestra historia, que no cayó en lo esencial: la ‘chacha’. Salvadora es más mundana, más de barrer el portal, más pragmática. Más de mochos. Lo bueno de abrir la frontera con Marruecos no es que Rabat deje de arrojar inmigrantes por miles al drama de la valla, sino que las ‘chachas’ marroquíes que limpian en las casas de Ceuta, también en la de Salvadora, puedan regresar. A Salvadora se le atraganta la jornada laboral. Ir a la Delegación por la mañana y limpiar por la tarde cansa, la verdad. «En Ceuta, sobre todo las amas de casa, estamos deseando que vengan las muchachas, y lo digo empezando por mí». ¡Ah, la conciliación! ¡Ah, la igualdad! ¡Ah, el sindicato! ¡Ah, la lucha de clases en la izquierdita ‘cool’ de ‘chachas’ con estropajo!
Salvadora, ama de casa (qué rancio), tiene derecho a contratar a una empleada del hogar y protegerse las uñas. Pero Salvadora, mujer, hablar así no es inclusivo ni ecofeminista. Irene Montero fue más sofisticada, Salvadora. Creas una plaza de asesora a costa del presupuesto en el ministerio, se la das a una amiga, y mientras aparenta asesorar, en verdad compra la tarta de cumple de la ministra, jo tía, y después arrulla a sus hijos durante sus peonadas de despacho. Ayer sin ir más lejos Montero tenía en su agenda un acto oficial, un trascendente «Encuentro con representantes de la Fundación Woman’s Week». Y ya. Aprende, Salvadora, de muchacha, ‘chacha’. Salvadora no tiene la estridencia de Gracita, en cuyo nombre llevaba la parodia. Ni siquiera eso necesita Salvadora, a quien la naturalidad le delata como en la copla. «Quien te puso Salvaora, qué poco te conocía». Bendito el ripio de Salvadora: no grite el saharaui/ni chille una ‘chacha’/al reposar Salvadora/la que no le da al mocho/ni tampoco a la escoba.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete