Negrín

Lo que resulta curioso es el modelo de amor socialista a España que ha propuesto Sánchez a sus bases: don Juan Negrín, que, en el ‘New York Herald Tribune’ de abril de 1948, publicó tres artículos suplicando la inclusión de España en el Plan Marshall. Supongamos que Negrín amara a España. El problema está en que el Negrín que escribió esos artículos no era del PSOE. Había sido expulsado de dicho partido el 23 de abril de 1946. Mientras fue militante del PSOE, entre 1929 y la fecha citada, Negrín no dio más muestras de amor a España que cualquier otro dirigente socialista.

O sea, amor de quien bien te quiere te helará el corazón, te hundirá en la miseria, y te vas a enterar de cómo queremos los hijos (e hijas) del pueblo trabajador.

Como es sabido, a instancias de Rodríguez Zapatero, el PSOE readmitió a Negrín y le devolvió el carnet en julio de 2008. Es cierto que no le consultaron antes, porque Negrín llevaba muerto cincuenta y dos años. Pero lo que demostró aquel detallazo fue que el PSOE, si no a España, amaba por lo menos a Negrín. O que el PSOE de 2008 amaba más a Negrín que a Indalecio Prieto, que reclutó a Negrín para el partido en 1929 y lo expulsó en 1946.

El PSOE de 1978, por el contrario, amaba más a Prieto que a Negrín, y por eso pudo comprometerse con la Transición, porque optó por el pragmatismo prietista mientras lo que sobrevivía del negrinismo defenestrado, pongamos que Julio Álvarez del Vayo, seguía con la matraca de su antiguo jefe cuando era del PSOE, es decir, con la necesidad de continuar la Guerra Civil. El Negrín expulsado del PSOE no persistió en esa línea. Tampoco el Sabino Arana de 1903 era ya del PNV cuando se volvió españolista. En ambos casos, más vale tarde que nunca o a buenas horas, mangas verdes. Álvarez del Vayo, más negrinista que Negrín, murió en 1975 presidiendo el FRAP, que por entonces era la viva estampa del gobierno republicano de 1939. A pesar de ello, y también en efigie, el PSOE de Rodríguez Zapatero le devolvió el carnet en 2009.

Yo creo que Rodríguez Zapatero optó por Negrín y Álvarez del Vayo frente a Prieto porque quería reanudar la Guerra Civil hasta derrotar a Franco, y en ello sigue Sánchez, como en su día Álvarez del Vayo. Eso sí, aman a España. Tampoco digo que Prieto la amase más que Negrín. Un gatito negro de Almudena Grandes se llamaba Negrín. Yo le dije una vez que lo mismo podría haberle llamado Prieto, porque ‘negrín’ y ‘prieto’ son sinónimos en español, por lo menos en el español de México, donde murió don Inda. Ambos significan ‘negro’, y es que los socialistas son lo que son y aman lo que aman corporativamente. Siempre.