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El ángulo oscuro

El cielo en la tierra

San Agustín nos enseñó que el cristiano no puede rehuir el martirio, pero tampoco arrojarse imprudentemente a él

Juan Manuel de Prada

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Cuando leemos los Evangelios con atención descubrimos que Jesús siempre se resiste a hacer milagros, pues no quiere que lo confundan con uno de aquellos taumaturgos chiflados que embaucaban a la plebe con sus prestidigitaciones. Así que, cuando finalmente accede a las peticiones de lisiados, ... ciegos o leprosos, rehuye los métodos de los taumaturgos y los toca y ensaliva, los acaricia o cachetea, para que adviertan que no los está curando un espíritu, ni un capataz de espíritus, sino un hombre de carne y hueso como ellos que, sin embargo, tiene a Dios metido en el cuerpo y, al tocarlos, les mete un chute de divinidad en su magullada carne.

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