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Afganistán

Espero que los norteamericanos aprendan al fin que lademocracia hay que ganársela. Regalada es como una florseca en un libro

El pecado original fue aceptar la salida del Shah y que el ayatolá Jomeni, exilado en Francia, regresara para proclamar la República Islámica de Irán. Mohamed Reza Palevi era un ilustrado que intentaba modernizar su país.

Cuando llegué a Berlín en 1957, había centenares de ... estudiantes iraníes en las escuelas técnicas, con becas estatales. Eran quienes debían llevar a cabo la modernización. Pero el intento se frustró y lo que tuvieron fue la más profunda islamización.

El segundo error ocurrió en la vecina Afganistán cuando los rusos la ocuparon para apoyar un gobierno comunista, sin saber en qué lío se metían, pues aunque Afganistán más que un Estado es un conjunto de tribus, su rechazo de los extranjeros es feroz y sus muyahidines (combatientes por la fe) iniciaron una guerra de guerrillas aprovechando la orografía del país, sobre la cordillera del Hindo-Kush.

En vez de dejar a los rusos freírse en aquellos riscos, a un senador norteamericano no se le ocurrió otra cosa que proporcionar a los soldados de Alá misiles tierra-aire con los que empezaron a derribar helicópteros soviéticos como si estuvieran en el tiro de pichón. Por lo que tuvieron que salir zumbando, con el rabo entre las piernas. Lo malo fue que, a partir de entonces los odiados extranjeros eran los norteamericanos. Que no pudieron resistir su principal tentación: instalar una democracia en un país que no la tenía.

Han invertido allí miles de millones de dólares, sobre todo en su ejército, al que dotaron de las armas más modernas. Crearon una administración e innumerables servicios públicos especialmente en enseñanza para quienes no la tenían, las mujeres a las que les estaba vedada a partir de diez años y hoy se las ve en los más variados trabajos, sin burka, además, antes obligado. Todo ello fenomenal, pero quien iba a defenderlo, el ejército afgano, no apareció al presentarse los talibanes. Su toma del país ha sido un paseo triunfal. Incluso les abrieron la puerta del palacio presidencial, abandonado por el presidente.

La situación la conocen ustedes tan bien como yo, con sus escenas en el aeropuerto más de película que de realidad. No sé qué opinarán sobre la reacción de Joe Biden. A mí me parece coherente. No pueden morir más norteamericanos por un país no dispuesto a defenderse a sí mismo. Eso sí, se sacará a cuantos afganos han tratado de evitarlo, pues la amnistía que les ofrecen los ‘soldados de Alá’ no es de fiar. Y las promesas a las mujeres, menos, sobre todo cuando añaden «siempre que cumplan la ley islámica».

Espero que los norteamericanos aprendan al fin que la democracia hay que ganársela. Regalada es como una flor seca en un libro.

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