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Visto y no visto

Ley Rhodes

El problema es que en España, si no fuera por la derecha, no necesitaríamos derecha

Ignacio Ruiz-Quintano

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En España los legisladores son los ministros del gobierno, y a hacer leyes nadie gana a los Iglesias, Pablo, muy jebo, e Irene, muy chirene, hechos unos Adán y Eva en el paraíso de Quintos de Mora, y que a la sombra de un manzano ... han concebido en un fin de semana la Ley del Sexo, que bien podría llamarse Ley Schneider, en homenaje a la protagonista de «El último tango», y la Ley Rhodes, o Ley del Santo Niño del Remedio, que lleva el nombre de «Rhodes» en homenaje al pianista «jartible» que juega a tocar en Twitter las Variaciones Goldberg, aquellas que, tocadas por Glenn Gould en el Mozarteum, llevaron al suicidio a Wertheimer, «El Malogrado» de Thomas Bernhard. ¿Hay algo más adánico que poner nombres a las leyes-fetiches?

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