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Democracia con subtítulos

CUANDO la austeridad se ha vuelto una exigencia tan perentoria que hasta el presidente Zapatero entiende la necesidad de fingirla con recortes cosméticos de la elefantiasis administrativa, el Senado se dispone a contratar traductores de lenguas autóctonas para convertirse en una especie de Cámara subtitulada. ... La ONU de las autonomías, un Parlamento con pinganillo. Aunque se trate de un desembolso leve y llevadero, lo fundamental consiste paradójicamente en su carácter accesorio, pura gestualidad superflua destinada a complacer el ego nacionalista con la anuencia de un PSOE que en su torrija posmoderna confunde diversidad con particularismo y se siente subyugado por la tentación de hacer visible el dudoso concepto de la «nación de naciones». El resultado es un ridículo cantonalista que diluye la idea de una nación unida para sustituirla por el dispositivo simbólico -las «sensaciones» perceptivas tan gratas al zapaterismo- de una ficticia pluralidad confederal. El gesto por encima del gasto.

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