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Cuidado con España

Estamos a punto de conseguirlo. Los españoles somos así: no hay manera de disfrutar el sosiego propio de una sociedad madura y vertebrada. Por fortuna, todavía frenamos un paso antes del abismo... Mal Gobierno; a veces, pésimo. Egoísmos partidistas, territoriales o corporativos. Mezquindad y mala ... fe de quienes actúan al servicio de intereses siniestros. La realidad es muy negativa. Las perspectivas, mucho peores. La crisis económica destapa la caja de Pandora que contiene los vicios nacionales. ¿Todo está perdido? De nuevo la desmesura, aunque nunca faltan voces inteligentes, unas cuantas desde las páginas de ABC. Banqueros y empresarios de alto rango han hablado alto y claro. La clase media profesional y muchas gentes a pie de calle dicen cosas muy sensatas. El Rey está en su sitio, como siempre. Aislados por su lenguaje autista, los políticos apenas se toman la molestia de escuchar, salvo cuando el clamor aparece en forma de encuesta. No, España no se hunde, ni se recluye otra vez en el rincón oscuro de la historia. Algunos hacen méritos para llevarnos al colapso, pero llega la hora de una reacción social y de una exigencia moral con efectos políticos inmediatos: ante todo y sobre todo, sentido de la responsabilidad. Las claves se llaman interés general y política de Estado. Aunque sólo sea por instinto de supervivencia. Como siempre, está en cuestión el futuro de nuestros hijos. Además, esta vez también nos jugamos el nuestro.

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