«Cuarteto» de paz en Madrid

José María Aznar será el anfitrión de una cumbre que el miércoles reunirá en Madrid al secretario general de la ONU, Kofi Annan; al secretario de Estado norteamericano, Colin Powell; al ministro ruso de Exteriores, Igor Ivanov, y, por parte de la UE, a Josep ... Piqué y Javier Solana. El inédito y extraordinario encuentro, que llevaba gestándose varios días y del que ABC informó ayer en exclusiva, tiene como objetivo que Estados Unidos y la Unión Europea -que comparte pareceres con la ONU y Rusia- unifiquen posturas antes de la llegada de Powell a Israel, una visita que se presenta esencial para intentar frenar la ofensiva a gran escala de Ariel Sharón en Cisjordania y lograr un alto el fuego.

Tras varias semanas lamentablemente perdidas, en las que la UE se ha mostrado vacilante y agarrotada ante los desprecios de Sharón y los desesperantes silencios de la Casa Blanca, la Presidencia de la Unión ha tomado con brío la iniciativa diplomática, luchando contra viento y marea, y ha logrado reunir a los principales actores mundiales en Madrid. Por fin, los intentos mediadores de la UE han sido correspondidos por George Bush. En ello han tenido mucho que ver los contactos telefónicos que ha mantenido con Aznar, la perseverancia demostrada por el líder español y, por qué no, la excelente relación personal que une a ambos.

Madrid, otra vez Madrid, sirve de escenario para hablar de paz en Oriente Medio. La diplomacia española ha hecho valer en estos momentos críticos el peso específico que debe corresponder a Europa en el mundo y ha dado incluso, en nombre de la UE, muestras inéditas de firmeza, como la advertencia planteada por Piqué de aplicar sanciones a Israel si insiste en incumplir las recientes resoluciones de Naciones Unidas, que le exigen la retirada inmediata de los territorios palestinos. No es, por tanto, casualidad que España sea el punto de encuentro del que deberían brotar propuestas multilateralmente consensuadas que estrechen el cerco diplomático sobre el Estado judío. No es descartable que los protagonistas de la «cumbre del cuarteto», como ya ha sido bautizada, viajen a la región y amplíen así la inminente misión de Powell.

No hay solución al conflicto sin Estados Unidos, pero tampoco la hay solamente con Estados Unidos. La insistencia de la Presidencia española ha contribuido a que Washington cambie de posición ante Israel y se muestre más firme y realista, un giro que permite poner en juego poderosas armas diplomáticas que deben ser utilizas con decisión antes de que la guerra palestino-israelí termine por inflamar a los vecinos Estados árabes, donde la enfurecida población puede llevarse por delante a sus melifluos Gobiernos.

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