Enfoque
Corbyn paga sus disparates
Johnson gana, pero no lo tendrá fácil
Los británicos estaban hartos de chapotear en el pantano del Bréxit, en el que ellos mismos se habían metido, y han votado por quien les planteaba una solución clara e inmediata. Al final Boris Johnson era quien mejor conocía el paño. Ha embridado a su ... propio partido (aun a riego de romperlo), ha macerado a las instituciones, ha lanzado su órdago y ha ganado. Boris es un histrión y hay muchos motivos para desconfiar de él, pero en el fondo muchos británicos le admiran y le reconocen como uno de los suyos. No sucede lo mismo con Corbyn. Parece increíble cómo los laboristas han cavado su propia fosa desde la marcha de Tony Blair, pero el resultado está ahí. La ambigüedad de Corbyn respecto al Bréxit y su disparatado programa radical han llevado a la debacle al partido incluso en sus feudos obreros del norte de Inglaterra.
La paradoja es que la salida de la UE salió adelante en el referéndum de hace tres años por un margen muy estrecho, mientras que ahora el «brexiter» más provocador gana con mayoría absoluta. La incapacidad para articular políticamente el deseo de permanecer en la Unión ha sido clamorosa. En todo caso la impresionante victoria tory no anuncia días de vino y rosas para el flamante nuevo «premier». En Escocia los nacionalistas han barrido, y Nicola Sturgeon plantea un nuevo referéndum de independencia con ese formidable respaldo. Y en Irlanda del Norte los republicanos del Sinn Fein han crecido, mientras los unionistas pagan allí la factura de su apoyo al Bréxit. Todo ello planteará más que un dolor de cabeza en Downing Street. Y no olvidemos que la hora de la verdad está por llegar, cuando los británicos experimenten en su día a día las verdaderas consecuencias del Bréxit. Entonces ya no servirán las bravatas ni las fake news tan del gusto de Johnson. Será el momento de comprobar su auténtica madera de líder.