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La conspiración «progre»

Las elites violan suspropias reglas cuando lanación no obedece

Hermann Tertsch

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Resulta que es cierto. «The deep state», «el estado profundo», ese aparato de poder sumergido y parainstitucional funciona a plena máquina en conspiraciones contra el presidente Donald Trump. Pero además, en su precipitación y su obsesión hostil hacia su objetivo, esa organización clandestina del antitrumpismo ... amenaza con dejar en ridículo a las principales instituciones federales de seguridad. Y crear una cuña inmensa de desconfianza entre la nación norteamericana y órganos vitales del Estado. Como muchos sospechaban y el afectado había denunciado, fuerzas de ese «estado paralelo» intentan acabar con la presidencia de Trump antes de las nuevas elecciones. Como en dos años de frenética investigación no han logrado nada que pueda seriamente garantizar ese «impeachment» soñado, optaron por la vía de la creatividad. Y han cruzado muchas líneas rojas. Cuando el «NYT», ya ridículo órgano del frente anti Trump, anunció hace días una investigación del FBI contra Trump como espía ruso, pretendía una acusación directa al presidente. El tiro, otra vez por la culata. Los acusados serán quienes en el FBI urdieron sin base esa operación tras el despido de su jefe James Comey, otro muy desleal miembro de esta conspiración.

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