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LOS COMEDORES DE HIGOS

EN el campo siempre fue donde se oyeron los primeros ruidos de los cambios históricos. Quienes bailaban el vals en los dorados salones del Imperio austriaco -y eran los hombres y mujeres más altamente situados - no se percataron en absoluto de que, como dice Stephen ... Zweig, el brillante entarimado se balanceaba algo. Pero eso mismo le había ocurrido a la Corte Imperial romana del siglo IV y primeros del V, y a sus funcionarios, que quizás sólo echaron de ver que la inmensa maquinaria administrativa del imperio se iba haciendo más pesada. ¿Se dieron cuenta de que el único sector de aquella burocracia que trabajaba a toda presión era el de la exacción de impuestos, que arruinaba a la vez a quienes los pagaban y a los exactores de ellos? ¿Se percataron de que ya no se leía, se olvidaba la cortesía, y se construía de cualquier modo? No es muy claro.

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