Sumar cierra una semana negra con su pulso fallido a Moncloa
El lapsus de Díaz en el Senado asegurando que hay Gobierno «de corrupción para rato» remató la faena
Sumar sugiere el cese de la ministra Isabel Rodríguez y se desdice horas después
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónSumar siempre había cargado contra la pasividad del PSOE, pero sin amenazar. Es habitual escuchar a los de Yolanda Díaz proferir duros reproches a su socio de Gobierno, aunque todo quedaba en una rabieta. Esta vez parecía que iba a ser distinto. Al ... habitual enfado –sin efecto– de Podemos con los socialistas, se sumó el de la amalgama de partidos que capitanea la vicepresidenta segunda en el Congreso bajo el paraguas de una coalición plurinacional, que se había decidido a sacar cabeza e imponerse frente a quienes piensan que no pinta nada en el Ejecutivo de coalición.
El problema de la vivienda, que el PSOE arrastra desde su anterior matrimonio con Unidas Podemos en la legislatura pasada, ha estallado de lleno en el seno de la coalición. Esta vez, con Sumar, que le exige adoptar de inmediato medidas «concretas», «serias» y «valientes» que vayan mucho más allá de la compra de vivienda pública y pongan freno al auge de la especulación y los precios de los alquileres como las ya incluidas en el decreto para intervenir en el mercado que Sumar anunció de forma unilateral -puenteando al PSOE- hace ya dos semanas a la espera de una respuesta formal que por el momento no ha llegado, lo que causó, junto con la última campaña del Ministerio de Vivienda y su línea gratuita de atención ciudadana, gran indignación en el socio minoritario de coalición.
«[Isabel Rodríguez] debería dejar paso a quien sí esté dispuesto a hacerlo», sentenció el martes de la mañana la portavoz de Díaz en el Congreso, Verónica Barbero, al tiempo que advirtió que a Sumar se le estaba acabando la paciencia. Preguntada hasta en dos ocasiones por si sus palabras significaban una petición explícita de dimisión de la responsable de Vivienda, no lo negó en ningún momento. No estaba sola.
El peculiar lapsus de Yolanda Díaz: «Queda Gobierno de corrupción para rato»
C. MullorLos senadores populares han comenzado a reírse tras la equivocación de la vicepresidenta segunda del Gobierno
La exigencia del socio minoritario de la coalición generó cierto malestar en Moncloa, que no creían justificadas las palabras de Barbero. Aún así no se quiso dar más vuelo al debate. Quien sí respondió con un ataque directo al corazón de los de Díaz fue la propia ministra Rodríguez, deslizando que el hecho de que pidieran su cabeza respondía a una «llamada de atención» que duró apenas unas horas. Tras el revuelo generado tanto en los pasillos de la Cámara Baja como en los del complejo presidencial, que albergaba la habitual reunión de los martes del Consejo de Ministros, la propia Barbero salió a desdecirse a sí misma. Reculó en su amenaza y dijo que el único recado que había mandado al PSOE era el de «ponerse las pilas» con la crisis de vivienda. Mónica García y Ernest Urtasun también salieron a rebajar el tono de la portavoz que, a esas alturas, ya había perdido el pulso contra un PSOE que cortó las alas a su socio nada más intentar salirse del tiesto.
Además, presuntamente, tal y como deslizó la líder de Podemos, Ione Belarra, se habría producido ese mismo día una llamada del ministro de Cultura a la de Vivienda para desautorizar a Barbero. Un gesto que, de haberse producido, evita confirmar Sumar tras ser preguntado al respecto por este diario.
El asunto de la vivienda será presumiblemente un sapo más que trague Sumar, unido a otros como el incremento del gasto en defensa. Ellos mismos dicen haber observado un giro discurso en el PSOE al tiempo que admiten que no se refleja en sus políticas. Algo de lo que Podemos –que, precisamente, tampoco está para hablar con los continuos trágalas ante el PSOE que lleva protagonizando este último año a cambio de nada, el último, con el embargo de armas a Israel– se vanagloria al creer que sale reforzada su tesis de que Sumar fue un artefacto que orquestó el PSOE para echarles de Moncloa y que no hace ruido al contrario que ellos, que son, según proclaman, la verdadera izquierda de este país. «Es un tanto ridículo que se disculpen después con la ministra y enmienden a su portavoz», señaló Pablo Iglesias, que acostumbra a sentar cátedra aún desde fuera del partido.
Resbalón histórico
En toda esta polémica, Díaz, optó por ponerse de perfil. Esa misma tarde remató, sin embargo y sin querer, en el Senado la faena iniciada por su portavoz parlamentaria afirmando que «hay Gobierno de corrupción –que no coalición– para rato». Un resbalón histórico de la también ministra de Trabajo que provocó la mofa del Partido Popular, que lo interpretó como un desliz revelador del desgaste del Ejecutivo. En cualquier caso, aplaudió Alberto Núñez Feijóo, al día siguiente durante la sesión de control al Gobierno en el Parlamento, la «sinceridad» de Díaz. Hasta Pedro Sánchez tuvo que salir a echar un capote a su vicepresidenta segunda. «Lapsus los tenemos todos», le dijo el presidente al presidente popular.
La líder de Sumar trató, por su parte, de arreglar el estropicio con un vídeo en redes en el que culpabilizó al PP –nada nuevo– y a su «choteo» en la Cámara Alta de impedir que se expresara correctamente. Díaz, que lleva tiempo acumulando un desgaste que no tenía en la anterior legislatura ya sea por la extensión del PSOE, por la presión de Podemos o por el fracaso de sus propias medidas estrella, como la reducción de jornada, sabe de sobra que en las próximas elecciones su proyecto ya no se juega la solidez, si es que algún día la rozó, sino directamente la supervivencia como ocurrió en su día con Podemos.
El pequeño partido de Díaz sigue medio descabezado
Cuatro meses fue el tiempo que le duró a Movimiento Sumar la estabilidad que supuestamente adquirió a finales del mes de marzo, en su segunda asamblea estatal, la del 'rearme'. El pequeño partido que a día de hoy queda del ambicioso proyecto al que Yolanda Díaz aspiró algún día y al que más tarde renunció para ceder el poder –el orgánico– a dos completos desconocidos –Lara Hernández y Carlos Martín Urriza– quedó a principios de agosto otra vez medio descabezado tras la renuncia de este último por motivos de salud. Martín, eso sí, ha seguido al frente de su escaño en el Congreso y también de la Portavocía de Economía y Hacienda del grupo parlamentario. A punto de terminarse octubre, aún no hay sustituto.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete