Recuperados siete cadáveres del fango en la isla italiana de Ischia

Calles y carreteras están cortadas por la invasión del corrimiento de tierra. El mar azul de Ischia es ahora marrón como el fango que se ha deslizado desde el monte Epomeo, arrasando casas y sembrando muerte en más de dos kilómetros. De ahí las enormes dificultades que tienen los 200 miembros de las Fuerzas del Orden y Protección Civil empeñados en las tareas de salvamento. El río de fango que destruyó buena parte de Casamicciola mantiene aún a cinco familias aisladas, casi dos días después de la inundación del municipio. Hay unas 20 personas entre adultos y niños, que aún no tienen agua corriente ni electricidad.

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Ángel Gómez Fuentes

Es la enésima tragedia en Ischia, debido no solo al mal tiempo, sino también por la ilegalidad con edificaciones no autorizadas y la inestabilidad hidrogeológica

Mientras tanto, el Gobierno se reunió en la mañana del domingo en el Palacio Chigi y destinó los primeros dos millones de euros para ayudas inmediatas decretando el estado de emergencia que tendrá una duración de un año. Tras esa asignación se seguirán otras, tan pronto como se haga una valoración exacta de los daños. Cuando las condiciones lo permitan, la primera ministra, Giorgia Meloni, visitará la isla.

Esta enésima tragedia de Ischia confirmó la fragilidad de la isla, al igual que ocurre en otros muchos territorios de Italia. Ha servido también para que se vuelva a hablar de las construcciones ilegales, con el objetivo de denunciar que los desastres no se producen por casualidad. En muchas partes de Italia, como en Ischia, se ha construido sobre suelo frágil, sin planificación y sin adoptar las debidas precauciones. Los expertos vuelven a hacer llamamientos, como siempre que ocurre tras una tragedia, para que no haya más muertes en el futuro. En este sentido, el presidente de la región de Campania, a la que pertenece Ischia, ha denunciado precisamente las construcciones ilegales, advirtiendo que «la gente debe entender que en algunas zonas no es posible vivir». En verdad, las muchas denuncias y advertencias que hicieron durante muchos años, tanto los expertos como las autoridades, para evitar construcciones ilegales, han servido de poco, porque al final muchas de esas construcciones fueron después legalizadas por los municipios o el gobierno de turno. Por ejemplo, el exprimer ministro Silvio Berlusconi lo hizo en el 2003, y la misma operación de «condono» o perdón de construcciones ilegales la realizó Giuseppe Conte, presidente del movimiento 5 Estrellas, en el 2018.