«En Defensa jamás tuvieron un gesto de empatía con las víctimas de Hoyo de Manzanares»

«Como ha quedado acreditado y demostrado con hechos probados el accidente nunca debió haberse producido, se entregó un material explosivo defectuoso, sin haber pasado las pertinentes y obligatorias pruebas de seguridad, ya caducado y fuera de uso, declarado inútil y que debía ser desmilitarizado en instalaciones civiles y no usado en prácticas», apunta el teniente, sin visión en un ojo y con solo un 15 por ciento en el otro, según relata.

Se muestra muy crítico con el propio Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas a los que no solo reclamó justicia, a través de los juzgados, sino «empatía»: «En Defensa o las Fuerzas Armadas jamás han tenido un gesto de empatía hacia nosotros. El caso de Hoyo de Manzanares es tabú en el seno de las Fuerzas Armadas. Ha imperado una orfandad tutelar durante todo el proceso simplemente por habernos convertido en denunciantes de irregularidades que han costado numerosas vidas y heridos destrozando familias».

Este pasado martes, el fatídico accidente volvió al Congreso de los Diputados donde se pidió y admitió la comparecencia de la ministra de Defensa, Margarita Robles, para «dar cuenta de la actividad del Ministerio con respecto a la situación derivada de la explosión mortal que se produjo en la Academia de Ingenieros, de Hoyo de Mazanares». Fue una solicitud registrada por el diputado Pablo Cambronero, ex de Ciudadanos en el Grupo Mixto. Ahora deberá ser la Comisión de Defensa la que dé el visto bueno a la comparecencia.

Se trata de un hilo más por mantener viva la memoria de sus compañeros y tratar de revertir el carpetazo judicial que se dio al caso, por ahora: «En el verano pasado el Tribunal Militar Territorial Primero dictó un auto de sobreseimiento en el que se reconocía el uso de este tipo de material inútil, que el accidente nunca debió ocurrir pero que el detonante del mismo no estaba claro, no existiendo causa efecto con el mismo. De igual manera apuntan a que si hubiera existido delito, habría prescrito, cuestión que nos llama poderosamente la atención porque bajo esta teoría yo estuve imputado casi un año entero con los delitos prescritos. También dictaban un imperativo legal a la excelentísima ministra de Defensa que, si bien lo estimaba oportuno, procediera a indemnizar a las víctimas». Algo que no ha sucedido.

Efectivamente, una juez imputó al teniente Candón como presunto culpable del accidente, algo que finalmente se desestimó. La juez fue apartada: «Tiene abierto un expediente por un presunto delito de prevaricación que aún no ha sido resuelto. A todo ello hay que incluir la inacción de la fiscalía durante todo el proceso la cual, excepto en el momento de mi imputación, hemos tenido en contra».

Este teniente de Infantería de Marina encontró en el deporte para discapacitados –el triatlón en concreto– una válvula de escape tras el accidente. «Se convirtió en una nueva forma de lucha, de reivindicación y de superación personal, así como servir de ejemplo para que otros en mi misma situación no se rindiesen y dieran un paso al frente para abandonar el sofá y realizar cualquier tipo de actividad física», comenta.

No obstante, la búsqueda de sponsors y la fatiga mental por el proceso judicial del caso de Hoyo de Manzanares le llevaron ahora a un periodo de descanso. No obstante, quiere subrayar que «la fortaleza mental y la lucha siguen estando más vivas que nunca». Tanto en la competición como «en el caso tabú en las Fuerzas Armadas».