Probamos el Peugeot más urbanita

El del león presenta singularidades como el portón trasero acristalado, y también un alto grado de personalización , como mandan los cánones en estos vehículos: diversidad de tonalidades, stickers o adhesivos de carrocería, distintos juegos de llantas, retrovisores en contraste (hasta cromados, como las manecillas de puerta)...

En este sentido, propone 7 temas que hasta contemplan las alfombrillas y carcasas de llave, 3 ambientes interiores que combinan los colores del salpicadero, el pomo del cambio y la consola central... Y el usuario puede incluso conectar su smartphone vía Bluetooth (telefonía y almacén musical), o por Mirror Screen, función compatible con teléfonos Android, RIM, Windows y AppInCar con sistema operativo iOs (hay que conectar el terminal al coche por cable a través del puerto USB y contar, previamente, con una app específica para que funcione).

Mirror Screen reproduce la imagen del smartphone en la pantalla táctil del 108, de modo que cualquier acción sobre el interface se refleja en el teléfono. Según versiones, sus aplicaciones pueden controlarse por voz.

También en el interior, el 108 exhibe una digna calidad (no hay plásticos acolchados por ninguna parte, pero sí ajustes precisos), e instrumentación concentrada (siempre iluminada en naranja), con un bloque principal solidario a la columna de dirección. Por cierto, ésta solo admite regulación en altura (el volante resulta algo grande, mucho más que en el 208 ).

Otra cosa: muchos mandos (a menudo carentes de iluminación nocturna) proceden de Toyota; a fin de cuentas no deja de ser un desarrollo conjunto. Los asientos delanteros, firmes y suficientemente confortables y envolventes, integran los reposacabezas. Detrás solo homologa dos plazas, de modo que el 108 permite acomodar exclusivamente a cuatro pasajeros. No hay más.

Hemos analizado la versión 108 TOP! Allure , tope de gama que disfruta de techo de lona enrollable de 80 cm de ancho por 76 de largo, a fijar en cualquier posición: sobre las plazas delanteras, dejando al aire las 4 plazas... Abierto, despliega un deflector aero-acústico para limitar remolinos, y cerrado garantiza buena estanqueidad y un aislamiento acústico razonable.

El coche disfruta de serie de elementos como tarjeta de acceso manos libres ADML, aire acondicionado (la climatización automática se paga aparte), un escueto maletero de 196 litros con kit reparapinchazos, que sin embargo sube a 750 litros abatiendo por mitades simétricas los respaldos traseros, guantera con capacidad para una botella de un litro (y espacios en las puertas para alojar botellas de 50 cl), ordenador, alumbrado diurno LED, 6 airbags, ESP, anclajes Isofix, limitador de velocidad... El encendido automático de faros (240 euros) o la cámara de visión trasera (250 euros) obligan a pasar por caja, mientras que la navegación solo es posible a través del citado Mirror Link o con un dispositivo externo tipo TomTom.

La gama ofrece los motores de gasolina de 3 cilindros 1.0 VTi de 68 CV, 1.0 VTi de 68 CV con caja auto secuencial ETG5 (97 g/km) y PureTech 1.2 VTi de 82 CV (99 g/km), con un preciso selector para el cambio manual de 5 relaciones, objeto de este análisis.

Como solo pesa 940 kg, esos 82 CV y un par límite de 116 Nm cunden bastante más que, por ejemplo, en el 208 . La sensación de empuje es muy buena desde baja velocidad, y aunque no es un modelo para ir 'volando', con metros por delante puede moverse a 150 km/h de marcador sin problema. Es decir, de maravilla en ciudad (presume de un escueto radio de giro de 4,80 metros) y con grandes posibilidades lejos de ella, aunque lo suyo no sea 'escalar' largos repechos o adelantar en un 'abrir y cerrar de ojos', en particular si viaja cargado.

No gasta los 4,3 l/100 km que anuncia de promedio, pero circular de forma desenfadada e incluso rápida no exige más de 6,7, lo que está muy bien. Y se tiene, y bien, gracias a un efectivo chasis con suspensiones delanteras pseudo McPherson y traseras por barra de torsión, todo ello combinado con neumáticos 165/65 R14 ó 165/60 R15 de baja resistencia. Siempre fácil de llevar, frena bien y presume de una más que correcta estabildiad direccional.

¿Merece la pena? Depende. Sin ir más lejos, para gente soltera o parejas cosmopolitas sin niños (o con dos muy pequeños), puede ser un buen segundo coche. Pero a pie de tienda un 108 como en analizado cuesta casi lo que un 208 ... ¡con mecánica turbodiésel HDi de 92 CV y nivel Style! Es decir, es caro para su tamaño (las plazas traseras son pequeñas en la práctica y el maletero, exiguo), funcionalidad y posibilidades. No ya en relación a la competencia, sino dentro de la propia marca. Ahora bien, si manda el capricho no es una compra que defraude. En ese caso, y como coche 'para ir y venir', la versión más sencilla 108 1.0 Active, que aunque menos equipada no anda mucho menos, parte de unos más razonables 11.700 euros.