Al volante del futurista BMW i8

Y ese «algo más» no es sino el primer deportivo híbrido enchufable del mundo fabricado en serie, el nuevo BMW i8 . Un automóvil que cambia la concepción de cómo pueden los modelos de esta categoría en el futuro más cercano, como avala BMW .

Un modelo con el que es posible alcanzar ritmos de infarto, que logra 250 km/h (autolimitados electrónicamente), que acelera de manera fulminante en 4,4 segundos para llegar de 0 a 100 km/h, y con el que yendo con tranquilidad se pueden recorrer los primeros 100 km con un gasto ridículo, de solo 2,1 l/100 km a cambio de unos pírricos 49 g/km. Y es que el nuevo i8 es capaz de todo ello y además, como hemos comentado, de llamar la atención por donde pasa.

Al nuevo BMW i8 solo le pondría una pega: los tonos azules decorativos de las bandas que lo recorren como sello de su tecnología híbrida. El resto es apabullante a partir de un diseño limpio y muy moderno, casi futurista.

El frontal afilado, como buen deportivo, llama la atención porque carece de entradas de aire y está totalmente cerrado para dirigir mejor el viento hacia atrás. La zaga impresiona por las mismas formas futuristas que conforman las distintas partes y que se culminan con unos grupos ópticos con forma de «u» muy sugerentes.

Y el lateral, espectacular, por la amplitud de su batalla y sus 2 únicas y ligeras puertas (por su construcción en carbono) que abren hacia arriba, como las alas de un pájaro. También es cierto que entrar y salir del i8 no es fácil ni cómodo , y que sus 2 plazas traseras son testimoniales o para niños pequeños. Pero una vez sentados al volante sorprende lo sencillo que es encontrar la mejor postura para conducir, pese a unas banquetas realmente cortas para un deportivo.

En marcha, todas estas disquisiciones pasan a un segundo plano y tanto si queremos exprimir su 35 km de autonomía puramente eléctrica en absoluto silencio como si optamos por explorar sus 362 CV conjuntos el i8 , que por cierto no tardará en contar con un «alter ego» descapotable , deparará las mayores alegrías.

Gracias a que sus baterías se encuentran en la zona más baja posible y en el centro del vehículo, el propio centro de gravedad se ubica en el mejor sitio para encadenar curvas sin apenas balanceos y hacer disfrutar de aceleraciones brillantes entre éstas, lo consigue sin apenas despeinarse. Aunque eso si, para disfrutar de semejante «atracción» tendremos que contar con 129.901 euros.

Si ya conducir el compacto eléctrico BMW i3 es toda una experiencia, hacerlo con el nuevo i8 dobla expectativas con un argumento demoledor: aparte de las prestaciones, la autonomía se acerca a los 440 km gracias a que, además del motor eléctrico de 131 CV que envía su energía al eje delantero, dispone de un pequeño propulsor de gasolina turbo 1.5 de 3 cilindros que desarrolla 231 CV dirigidos al eje trasero con los nunca nos dejará tirados, al contrario que un eléctrico puro.

También como el i3, su «hermano» urbanita, el i8 está construido sobre una estructura de aluminio muy ligera con profusión de fibra de carbono y otros modernos y ligeros materiales. Además, presenta entre otros, y como opción, aunque aún no se conocen su precio, las primeras luces láser del mercado que amplían visión a 600 metros en vez de los 300 de los LED actuales.