«El mayor enemigo del periodista es él mismo. Cuidado con el egocentrismo»

El director de ABC, Bieito Rubido , toma la palabra en la Biblioteca ilustre del rotativo y clama contra la «frustración y desmotivación» inveterada que sufren muchos periodistas por no llegar a ser «un gran columnista, el mejor presentador de televisión o director de una cabecera». «Os quiero vacunar contra eso», ha azuzado a los jóvenes el gallego, puesto que esta profesión no supone convertirse en «policías, fiscales o jueces», ya que «un periodista así acaba haciendo daño a la sociedad para la que dice trabajar y la empresa» para la que labora . Debe hacerlo a sabiendas de que dejará muchas cenas perdidas, que sacrificará muchas horas de su vida, que agradecerá la paciencia de su familia cuando no asista a un evento por cubrir otro, y lo debe hacer siempre «con humildad y honestidad, honradez y constancia», ha sintetizado Rubido, para profesar: «Entonces sí habrá alcanzado el objetivo de ser un gran periodista».

Es ejemplo de esas cualidades del buen informador José María Carrascal , escritor, periodista y uno de los opinadores más valorados del rotativo y al que siempre «le dio igual publicar su columna en página par, por delante o detrás, de una u otra manera», porque él como pocos «es perserverante, honesto y trabajador y con el espíritu (crítico) que ha caracterizado a ABC en toda su historia»- ha elogiado Rubido del columnista- con el objetivo de ser un «contrapoder» de los poderes establecidos, como también ha apuntado del invitado la directora académica de este curso de postgrado, María Jesús Casals. Ella ha sido la encargada de traer (y atraer) en forma de poema, como a él más le hubiese gustado, la memoria de Santiago Castelo al acto. El extremeño, subdirector de ABC, ha fallecido recientemente y siempre participaba, con un entusiasmo y una garra reverberantes a través de su profunda voz, en la evaluación de las jóvenes generaciones de periodistas. Porque le gustaba mirar al futuro a través de ellos, decía. Hoy la Biblioteca de ABC le ha rendido el que no será su último tributo.

Pero era Carrascal el encargado este 30 de junio de pronunciar la lección magistral colofón de la XXVI promoción del Máster , y más que por los consejos que es renuente a dar a los noveles informadores, él mismo ha sido el protagonista del consejo que ha lanzado a los alumnos Manuel Marín , director periodístico responsable del curso, que también debutaba en un acto de graduación: «Pelead para ser como José María Carrascal ». «José María es más joven que todos nosotros -ha pronunciado solemne Marín-, mezcla la efervescencia del becario y la inquietud del periodista que lleva muchos años en el oficio; es un sentimental comprometido, con una pasión inusitada y ejerce con brillantez la labor del periodista como pluma que incide en la opinión pública ». Marín ha glosado las mil y una virtudes que adornan al que fuera también corresponsal en Nueva York de una forma gráfica - «las corbatas de Carrascal tuvieron la culpa de que me hiciera periodista» , confiesa el director del Máster de ABC-UCM- y de manera más lisonjera -«Carrascal es un maestro siempre. No reflexionar sobre sus opiniones es algo que ningún periodista puede permitirse ».

Encomiable su labor tras décadas de profesión a sus espaldas, Carrascal ha rememorado su primera entrevista (realizada en 1968) para saltar a los tiempos azarosos que están plasmando y deberán hacerlo los informadores de 2015 , como esta quincena de jóvenes salidos de la promoción del Máster de ABC. «Este año es crucial para España, que cambia y mucho, también para Europa, que en estos momentos se juega su destino», ha recogido el madrileño. Y con estos cambios se modulará el rictus también de su rutina diaria y de sus informaciones: «Bienvenidos al club de los que acabaron los estudios, aunque estos tienen que prorrogarse siempre. Afuera ruge un mundo, toda una jungla donde la lucha es mantenerse , donde uno debe esforzarse mucho para conseguir un puesto de trabajo y mantenerse en él. Queda el camino de librarse el porvenir».

Y, mirando a los estudiantes con la viveza grabada en los ojos de esa juventud perentoria que versó Marín, el periodista de corbata azul cielo ha resuelto que « profesionalmente, el mundo que os espera está tan lleno de posibilidades como de obstáculos» . Pero ha concitado: «El mayor enemigo del periodista es él o ella mismo. Mucho cuidado con el egocentrismo . Al lector no le interesa nuestra persona; lo que le interesa, como cuando entra a un quirófano o una consulta, es que el médico sepa diagnosticar lo que tiene, los problemas que suceden a su alrededor, la realidad. Cuanto menos aparezca el informador en lo que dice o escribe, mejor» .«Os deseo suerte, pero la suerte también se la busca uno mismo», ha concluido. Con ese consejo de apartar el ego, a Beatriz Fernández, Teresa Díaz, Lys Arango, Joaquín Soto, Jaime R. Recarte, Guillermo Ginés, Nieves Mira, Silvia Nieto, Raúl Martín, Yanina García, Eva Bárcena, Julio Gómez, José Antonio García, Lucía Martínez y el citado Cristian Quimbiulco, les irá mejor, tendrán un horizonte más despejado habiendo soltado marras, que es lo mismo que recordar a Kapucinski: «No se puede ser periodista siendo cínico».