El Hotel Ritz tendrá spa de lujo y chef «estrella Michelin»

A finales de mayo se confirmaba la noticia y el Ritz cambiaba de manos. Los hasta entonces propietarios eran Belmond (antiguo Orient Express) y Omega Capital (la sociedad de inversión de Alicia Koplowitz), pero a partir de ahí el establecimiento centenario, construido con el apoyo del Rey Alfonso XIII, estaba en poder del citado consorcio árabe-chino, es decir, el grupo Olayan y Mandarin Oriental. La venta se hizo finalmente por 130 millones de euros. Antes se había negociado, sin éxito, con otros dos grandes del sector: Marriot y Faimont.

El precio de venta, según informó este periódico, fue algo superior al pagado por Belmond y Koplowitz en 2003 a la firma francesaa de capital japonés Le Meridien: 125 millones. Ni Marriot ni Faimont se atrevieron a comprar el Ritz debido a las obras de adecuación que precisa el inm ueble, bonito a rabiar pero con necesidad de reforma y renovación que se estaban haciendo más que patentes con el paso del tiempo. No es la primera vez que el hotel cambia de dueños. Por sus cien años largos de historia ha estado en manos de Georges Marquet, Enrique Massó , el grupo Forte, Granada, Belmond y Omega Capital.

El establecimiento sigue mirando hacia delante. Su historia no hace más que realzar su prestigio. Pero necesita una ITV en condiciones y contar con unos servicios que, según su director general, Christian Tavelli , «le harán más atractivo».

La reforma del Ritz costará, en principio, 90 millones de euros. Las obras darán comienzo a principios de 2017 . De aquí a entonces se procederá a perfilar el proyecto para que nada quede al azar. También tiene que estudiarse de qué forma queda la plantilla (recordar que el Hotel Villamagna también cerró por reforma durante un año y la propiedad, además de conservar a los empleados les estuvo pagando la nómina), las necesidades de los clientes habituales, así como la necesaria tramitación de los permisos de obra. El proyecto de reforma, señala Tavelli, está realizado. Al tratarse de un edificio protegido , dichas obras han tenido que recibir el visto bueno de los correspondientes organismos en materia de urbanismo y patrimonio histórico artístico. Un paso importante, y necesario, ya dado de cara a la petición de la licencia de obra.

La reforma del hotel tiene tres pilares básicos . El primero es la construcción de un spa . Mandarin no regatea el lujo asiático en sus establecimientos por todo el mundo. La idea es situar estas instalaciones bajo el jardín que da a la plaza de Neptuno . El jardín se volvería a recuperar con las características y encanto actuales pero con un añadido: sería la entrada exterior al spa.

Diseñado como un «auténtico espacio de relax», el spa ofrecerá diseño y máximo confort; un oasis urbano con la mejor oferta de tratamientos, hidroterapia y masajes.

Parte importante de la reforma es la adecuación de la sexta planta. El Ritz tiene ahora 167 habitaciones. Y seguirán siendo las mismas. Sin embargo, y sin modificar el volumen constuido, las suites de esta planta se van a modelar para hacerlas más amplias y confortables.

Tavelli, el director general, no puede resistir una de las apuestas que más le ilusiona. El grupo Mandarin quiere «estrellar » el Ritz. ¿Cómo? Pues ni más ni menos que fichando a un chef conocido y con estrella Michelin en su curriculum. Todo para potenciar la oferta gastronómica del establecimiento centenario. Ya están buscando candidatos.

Otra de las ideas de este director general –que llegó a este hotel en marzo de 2013 y ha sido confirmado en su puesto por los nuevos propietarios–, es la de crear una escuela «Master Ritz» para enseñar «lo que es un servicio exquisito, centenario y de calidad a las jovenes generaciones», dice Tavelli .

Las obras de reforma, como indicamos, están previstas a comienzos de 2017. ¿Estará abierto el hotel? No hay nada decidido pero parace que así será. ¿Y los clientes habituales? «Muchos –asegura Tavelli–, consideran al Ritz como su casa. Algo habrá que hacer. Estamos bajarando algunas ideas. Una de ellas puede ser la de alquilar apartamentos de lujo o palacetes cercanos para ofrecer a nuestros clientes el mismo servicio del hotel». Se verá.

¿Y el nombre?. ¿Será Mandarin Ritz?, ¿Ritz Mandarin? . A esta firma le gusta que sus hoteles lleven la marca de la casa. Ya ocurre en el 10% de los establecimientos de su propiedad. Pero en el caso del hotel madrileño son conscientes del «peso» y la tradición del nombre Ritz. El tiempo lo dirá.